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Próxima estación, fósiles

Una nueva exposición en Príncipe Pío muestra réplicas de restos animales de hace 15 millones de años hallados durante las obras de renovación

Pilar Álvarez

Había pocos árboles, la hierba resultaba dura de roer y el calor debía ser insoportable. Hace unos 15 millones de años, la Puerta de San Vicente (frente a la estación de Príncipe Pío) era una explanada parecida a la sabana africana. Por allí correteaban rinocerontes de más de 500 kilos, pequeños osos panda rojos o temerarios tigres dientes de sable, con colmillos largos como un dedo y muy afilados. Justo ahí, en la misma glorieta en la que cada mañana se apiñan los coches sobre el asfalto, todo era salvaje.

Así lo certifican los miles de restos (más de 4.800 datados hasta la fecha y otros tantos pendientes de catalogar) localizados durante la remodelación del intercambiador de Príncipe Pío. En octubre de 2006, casi al final de las obras, los encontraron al excavar uno de los sótanos. Había más de 1.000 metros cuadrados de tierra y huesos, como dos canchas de baloncesto de vestigios. "Trabajamos durante más de un mes y medio, en turnos de 24 horas para extraerlos todos en bloques con los que investigar después", explica Lara Roca, directora de la excavación. Los primeros restos de aquel hallazgo están ahora disponibles. En uno de los vestíbulos de Príncipe Pío se inauguró ayer una muestra con la réplica de la mandíbula de uno de esos rinocerontes y un panel con un gran dibujo que reproduce la antigua sabana. El material ya catalogado descansa en distintas salas del Museo de Ciencias Naturales, donde los paleontólogos estudian la riqueza de uno de los yacimientos más abundantes, con más diversidad y en mejor estado de conservación de la región, según Jorge Morales, jefe del Departamento de Paleobiología del museo. No está previsto que se expongan al público.En la planta cuarta del museo, frente a un pequeño grupo de periodistas, Morales muestra una parte del descubrimiento que hace que le brillen los ojos. Es el cráneo de uno de esos rinocerontes, el Hispanotherium matritense, especie que pululaba cerca de la Casa de Campo en el Mioceno Medio. Es el primer cráneo completo desenterrado hasta ahora en el mundo, explica. "El cráneo es una estructura muy delicada, es difícil que sobreviva entera", añade.

No hay previsión de exponer los restos al público, solo réplicas
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Como una sabana africana

Lo extrajeron del interior de un bloque de varias toneladas. Luce unas muelas enormes, casi del tamaño de un puño, recubiertas de un cemento que producía el propio animal para triturar las duras hierbas de la sabana. Gracias a ese cráneo, los investigadores pueden asegurar ahora que los antepasados de nuestros rinocerontes no tenían ningún cuerno. "Es un gran descubrimiento que publicaremos en una revista internacional", asegura el paleontólogo. El cráneo será investigado al milímetro por otro profesional. "Lo investigará un experto en rinocerontes, a estos niveles el nivel de especialización es muy alto", asegura Morales. Y lo pondrán a disposición de otros estudiosos que lo reclamen.

Aún queda mucho trabajo por hacer. Faltan por limpiar "varios centenares de bloques" de distintos tamaños, custodiados en dos naves que el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) posee en Arganda del Rey. Son todos los bloques que se rescataron aprisa para acabar las obras del intercambiador, bajo la supervisión de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, que ha impulsado la custodia y la muestra de Príncipe Pío.

Entre la tierra, Morales espera encontrar con su equipo "otros 4.000 o 5.000 fósiles más" en un trabajo minucioso en el que asegura sin pestañear que emplearán "muchos años". "Es como un gran puzle que vamos completando poco a poco", señala. "Este yacimiento complementa la visión del Madrid de hace millones de años", añade Lara Roca. Junto al cráneo, los paleontólogos muestran en la sala una mandíbula unida con gasas y una caja con dientes guardados con primor en pequeñas bolsas de plástico transparente. Toda la habitación está llena de cajones con material catalogado de este y otros yacimientos.

De momento, no está previsto exponer los hallazgos de Príncipe Pío. Primero, porque los especialistas deben seguir estudiando lo obtenido en busca de más pistas para el puzle. Y, además, no disponen de sitio suficiente para enseñar todo lo que custodian. "Tenemos más fondos que espacio", admite Morales.

Madrid es una región prolífica en restos arqueológicos. La mayoría aparece en el transcurso de alguna obra. Ocurrió en la estación de metro de Carpetana, en la que encontraron en 2008 restos de animales de hace más de 13 millones de años, como caballos cebra, mastodontes o jirafas. Y en Príncipe Pío, donde la remodelación del intercambiador dejó también al descubierto las cimentaciones del asilo de las Lavanderas, de finales del siglo XIX. El edificio se construyó "para recoger a los hijos de las lavanderas pobres del río Manzanares durante las horas del día que ocupan a su faena", según un acta notarial que se conserva de la época.

Los paleontólogos Jorge Morales y Juan Abella muestran el cráneo de un rinoceronte de hace más de 13 millones de años recién descubierto.
Los paleontólogos Jorge Morales y Juan Abella muestran el cráneo de un rinoceronte de hace más de 13 millones de años recién descubierto.GORKA LEJARCEGI

Otros hallazgos

- Durante la construcción de la estación de tren de Sol se encontraron restos de la iglesia del Buen Suceso, del siglo XV. Parte de los cimientos están expuestos en el vestíbulo, tras una mampara.

En las obras de la calle de Serrano se descubrió en 2009 parte de la cerca sanitaria de Felipe IV.

En la estación de Carpetana se localizaron en 2008 restos de hace más de 13 millones de años. En el vestíbulo se exponen, entre otros hallazgos, la réplica de un mastodonte.

Durante los dos últimos años, en las obras de remodelación de la estación de metro de Ópera han aparecido construcciones del siglo XVII, como la Fuente de los Caños del Peral y un acueducto. La Dirección General de Patrimonio de la Comunidad quiere preparar los restos para que se puedan visitar allí mismo.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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