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Batalla campal con detenidos en las fiestas de Torrelodones

El Consistorio pidió ayuda a la Delegación del Gobierno al prever altercados

"Se han cargado las fiestas. El año que viene no habrá, ya verás", pronosticaba ayer por la tarde un vecino de Torrelodones que paseaba a su hija en un carrito. Él tenía claro a quién había que culpar de los disturbios que, durante dos noches seguidas, coincidiendo con las fiestas de Nuestra Señora del Carmen, han convertido la zona de La Colonia en un campo de batalla, con contenedores incendiados, barricadas y lanzamiento de piedras (los jóvenes) y pelotas de goma (la Guardia Civil). En su opinión, los que "la liaron" fueron "los chavales", enfadados porque les habían obligado a desalojar el recinto ferial, escenario de las fiestas. Otros, en cambio, aseguraban ayer que la carga de los antidisturbios fue desproporcionada. El jaleo acabó con cuatro jóvenes, dos de ellos menores de edad, detenidos por desórdenes públicos, entre otros delitos. "Me desperté hacia las cuatro de la madrugada. Se oían gritos, disparos de pelotas de goma, sirenas de policía...", contaba Alfredo, de 19 años, frente a la parroquia de San Ignacio de Loyola, en el número cinco de Andrés Vergara. Se asomó al balcón y vio a decenas de jóvenes corriendo y agentes antidisturbios persiguiéndolos. "Quemaron todos los contenedores de esta calle". El Ayuntamiento retiró la mayoría de ellos, pero ayer por la tarde aún quedaban un par frente a la parroquia.

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Dos quinceañeras explicaban, unos pasos más allá, por qué se había formado el alboroto: "No se puede decir a gente que está haciendo botellón que se tiene que ir a las dos de la madrugada, que es cuando empiezas a pasártelo bien". Ese fue el origen de los disturbios. Las fiestas del Carmen se celebran en el recinto ferial, un espacio con chiringuitos y atracciones de feria en el que también hay una zona arbolada, sobre una colina, muy popular entre los jóvenes para hacer botellón. Este año, por primera vez, las fiestas tenían hora de cierre.

Una sentencia del Juzgado número 5 de Collado Villalba dio la razón a los vecinos que residen cerca del recinto ferial de Pradogrande y que habían denunciado el ruido excesivo que sufrían en sus casas. Después de hacer un estudio de impacto acústico, se decidió apagar la música a las 1.30 y cerrar el recinto a las 2.00, cuando otros años la juerga se prolongaba hasta el amanecer. En muchas atracciones y puestos colgaban carteles en los que se avisaba de la novedad: "Las fiestas finalizarán a las 2.00. Prohibida la entrada de vidrio". Según la Guardia Civil y el Ayuntamiento de Torrelodones (21.800 habitantes), los jóvenes protestaron cuando se les pidió que salieran y acabaron enfrentándose a los agentes, que se incautaron de armas prohibidas, como nunchakus, puños americanos y sprays de pimienta.

Los primeros altercados ocurrieron la madrugada del viernes al sábado. Los 300 jóvenes que estaban en el recinto (unos 200, según la Guardia Civil) no estaban por la labor de acabar con la fiesta, por lo que empezaron a protestar. Algunos fueron más allá y empezaron a lanzar vasos contra los agentes. La Guardia Civil desplazó a las dos unidades que tenía en las entradas de Torrelodones: la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecid) de la Comandancia de Madrid y los Grupos Rurales de Seguridad. Los agentes se bajaron de las furgonetas cuando les cayeron más objetos. Los guardias lanzaron varias pelotas de goma y dispersaron a los congregados, después de que incendiaran al menos dos contenedores. Fueron detenidos dos jóvenes de 18 y 20 años. El primero reside en Torrelodones y el segundo en Zarzalejo.

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La madrugada de ayer domingo resultó aún más movida, según la Guardia Civil. Los problemas se reprodujeron justo cuando se cortó la música a las 3.00. Esta vez el número de jóvenes era menor, pero estaba mejor organizado. Cuando comenzaron los tumultos, había unas 200 personas. Se crearon tres grupos de unos 30 jóvenes que se dispersaron por el municipio. Quemaron al menos 15 contenedores y, según la Guardia Civil, rompieron las lunas de una sucursal bancaria del Banco Popular, que ayer, sin embargo, parecía intacta. Los altercados no pararon hasta las 6.30, justo cuando pasa el primer tren de cercanías. Todos los disturbios se produjeron en las calles entre el recinto ferial y la estación de Renfe.

Los guardias civiles cargaron y lanzaron pelotas de goma. Detuvieron a dos menores, de 17 años, vecinos de Torrelodones. "Ya preveíamos que se iban a producir altercados", aseguró ayer el concejal de seguridad del Ayuntamiento, José María Neira. Varios vecinos alertaron de que la protesta se estaba convocando por Internet, a través de redes sociales. Una joven aseguró ayer que ella también había recibido la convocatoria. El consistorio pidió un refuerzo a la Delegación de Gobierno, que envió "un fuerte dispositivo", según Neira. "Se han evitado grandes males. Si no hubiéramos estado preparados hubieran arrasado el pueblo", afirmó. "Venían a liarla. Uno no sale de fiesta con armas", añadió.

Estos hechos recuerdan a los registrados el año pasado en las fiestas patronales de Pozuelo, cuando un grupo produjo graves altercados en el municipio. Intentaron asaltar la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y quemaron numerosos contenedores. La policía arrestó a una veintena de jóvenes, entre ellos ocho menores de edad, por los disturbios.

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