De errores y vídeos
Tras años de resistencia, la FIFA admite reabrir en octubre el debate sobre el uso de tecnologías en la línea de gol por los escándalos arbitrales del Mundial
No se sabe si fue el gol de Lampard a Alemania que nunca subió al marcador o el del argentino Tévez a México, que sí lo hizo a pesar de ser claramente ilegal. O una mezcla de los dos, ambos en un momento decisivo, los octavos de final, con consecuencias dramáticas en el transcurrir del juego, y ambos el mismo día. O el hecho de que las gigantescas pantallas de los estadios sudafricanos repitieran, en el momento y hasta la saciedad, para vergüenza del estamento arbitral y de la FIFA, semejantes injusticias. Pero el caso es que el organismo que gobierna el fútbol mundial ha decidido reabrir el eterno debate sobre el uso de la tecnología para paliar las debilidades humanas de los colegiados. Y ha puesto fecha a esta decisión: el próximo octubre.
El torneo de Sudáfrica será recordado por el claro gol de Lampard que el árbitro no dio
En 1997, el organismo que regula el fútbol ya recibió una petición para usar imágenes
"Es obvio que, después de lo que ha pasado en este Mundial sería una tontería no reabrir el debate sobre la tecnología en la línea de gol", reconoció Sepp Blatter, presidente de la FIFA, en Sudáfrica, unos días después de aquel bochorno arbitral. Podría parecer una declaración para salir del paso, pero tras ella se esconde un giro de 180 grados en la posición del dirigente deportivo, enemigo declarado del vídeo para revisar jugadas y de todo lo que huela a tecnología. "Debemos vivir con los errores de todos, técnicos, jugadores, directivos y árbitros", dijo el suizo hace dos Mundiales, en el de Corea y Japón en 2002. Y añadió: "Si el fútbol fuera algo científico se acabarían las discusiones, las emociones".
Al contrario que la mayoría de los deportes, -el baloncesto, el tenis y el rugby son los ejemplos más visibles-, el fútbol siempre ha sido reacio a la utilización de tecnología para ayudar a los árbitros. Las razones son múltiples, pero siempre que se pregunta a algún dirigente sobre el asunto este apela a la esencia del juego, el único deporte que tiene las mismas normas se juegue en el patio de un colegio o en un estadio ante 100.000 espectadores; al factor humano (por mucha tecnología de la que dispongan, al final la decisión la tomará una persona, en este caso, el árbitro) y al coste económico. Este argumento se tambalea por los ingresos millonarios que genera el deporte rey.
El debate tampoco es nuevo y se ha avivado al ritmo de las polémicas y de la aparición de nuevas tecnologías aplicables al deporte. Ya en 1997 la IFAB (el organismo que supervisa las normas del fútbol) estudió una petición de Francia para que los árbitros se ayudaran de cámaras de vídeo situadas en la banda durante un amistoso entre les bleus y Suecia. Desde ese momento la discusión ha ido y ha vuelto ochenta veces para terminar siempre en el mismo sitio: rechazando la utilización del vídeo para distinguir los goles legales. La última vez, el pasado marzo, cuando la IFAB volvió a votar el asunto con idéntico resultado.
El propio Blatter ha matizado en Sudáfrica que, aunque es su intención mejorar de alguna manera la forma en que se adjudican los goles, en ningún caso será con una moviola. Pero hay otras tecnologías disponibles en el mercado, como el balón con chip incorporado, que, dicen sus inventores, permite determinar de forma totalmente precisa si el balón entró. A la FIFA y a la UEFA, su hermana europea, tampoco les gusta. O, simplemente, seguir al pie de la letra la vieja norma de que cuatro ojos ven más que dos. En la pasada Liga Europa se ha ensayado aumentando hasta seis la nómina de árbitros: el principal, los dos asistentes, dos jueces de portería y uno más en la banda.
Sobre esta base, la IFAB retomará el asunto en la reunión prevista para el próximo mes de octubre, confirmaron ayer fuentes de la FIFA. Puede que el próximo Mundial se arbitre con nuevos medios o puede que, como siempre, se vuelvan a analizar todas las posibilidades para que el fútbol, el viejo fútbol, siga igual.
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