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Málaga muestra la España de Solana

"Gutiérrez Solana estaba obsesionado con la idea de España. Pretendió ser un pintor muy español, muy a la antigua, pero a la vez era un personaje estrafalario, disparatado y moderno, a pesar suyo", así definía Pablo Jiménez Burillo, director del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, al pintor madrileño José Gutiérrez Solana (1886-1945), uno de los artistas españoles más significativos del siglo XX.

Jiménez Burillo inauguró el pasado miércoles la exposición Solana en las colecciones de la Fundación Mapfre, muestra que se exhibe en la Fundación Picasso de Málaga hasta el próximo 10 de octubre.

La exposición, que está compuesta por seis óleos sobre lienzo y una treintena de estampas, ofrece una representativa visión del conjunto de la obra de Solana, reflejando las obsesiones y preocupaciones que marcaron su trayectoria pictórica.

Los seis óleos de gran formato, que el pintor madrileño realizó entre 1918 y 1937, son Procesión de noche (1917), El beso de Judas (1932), La baraja de la muerte (1927), El osario (1931), Santos de pueblo (1929) y Máscaras bailando del brazo (1938). "Le gustaba la España negra, la España dramática, la España profunda, pero como esa realidad ya no existía, él la medio inventaba", comentó Jiménez Burillo.

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