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Reportaje:Última jornada de Liga

A un triunfo de ser, otra vez, los mejores

Guardiola recuerda que no habrá nada que celebrar si el Barça no gana hoy al Valladolid

La Liga se hace siempre muy larga, sobre todo para el equipo que la pierde, sostiene Pep Guardiola, el entrenador del Barcelona, que aspira hoy a ganar el cuarto título de la temporada y cuajar un curso excepcional. Tres puntos le separan de una Liga tremendamente competida. "Una victoria, sólo una más, y somos los mejores", afirmó, "pero no está hecho; pensar lo contrario sería un grave error". A Guardiola le vino al pelo recordar lo sucedido contra el Villareal el año pasado en el Camp Nou: "Ganábamos por 3-1, la gente cantaba '¡campeones, campeones!' y empatamos a tres". El título lo alcanzaron los azulgrana a la jornada siguiente.

"Si no ganamos este partido, no seremos campeones y no habrá nada que celebrar. Nos tenemos que ganar el derecho a sumar 99 puntos", insistió Guardiola, que vivió días semejantes al de hoy cuando era jugador y el dream-team de Johan Cruyff ganó tres Ligas consecutivas en la ultima jornada. "Entonces era distinto", matizó; "no nos bastaba con ganar el partido; dependíamos del Madrid y el Deportivo. Esta vez dependemos de nosotros".

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Llegados a este punto, afirma el entrenador del Barça que nadie desea más el título que sus jugadores: "Han estado peleando cada partido en el campo, no sentados en el banquillo o en casa tomando una cerveza con la tortilla de patatas y viéndolo por la tele. Han llegado hasta aquí para ganar. Así que, ya que están, ¡que ganen, cony!".

Avisó Guardiola de que no será fácil y tiró de los últimos partidos en el Camp Nou contra el Xerez y el Tenerife para ilustrar que el Valladolid será un rival igual de difícil: "Los futbolistas del Valladolid se están jugando su futuro y son muy peligrosos". Además, en el banquillo contrario estará Javier Clemente, a quien Guardiola tuvo como seleccionador y al que ayer arrancó de golpe una vieja etiqueta: "Tiene fama de armar equipos defensivos, pero no es verdad. No le interesa mucho el centro del campo, pero es muy directo y, si puede, aprieta arriba. Como entrenador, nunca me transmitió la sensación de ser defensivo. Le gusta meter el balón rápido en el área contraria, ir a por el rival, y tiene jugadores para ello". Guardiola recordó que, a fin de cuentas, esto es fútbol y nadie puede descartar el triunfo del Valladolid.

Al menos, Clemente no renuncia a él. "Vamos a intentarlo. Les he dicho a mis jugadores [el viernes les dio una charla de una hora] que no salgan acojonadillos, que tenemos que decir que hemos luchado hasta el final". Al técnico de Barakaldo le molestaría saltar al césped como quien enfila el matadero: "No quiero morir como un cordero o una vaca. Antes que vaca, prefiero morir como un toro y buscar el indulto. Prefiero ser un toro bravo y, si toca morir, que sea con bravura". Y recalcó: "Si hay que morir, que sea con las botas puestas".

Si finalmente al que le toca llorar es al Barça, Guardiola lo tiene claro: "Felicidades y gracias. No puedo reprochar nada a los jugadores. Venían con la barriga llena después de ganar tres títulos antes de diciembre. La exigencia era altísima y han respondido con humildad y una regularidad brutal. Han dignificado la camiseta del Barça. Saben que han hecho un año inmenso afrontando tremendas dificultades".

Además de alcanzar tres títulos y disputar las semifinales de la Champions, los azulgrana han logrado que el Camp Nou esté a reventar -no quedan entradas- en el partido decisivo de la Liga. "A la gente no se la engaña", concluyó Guardiola; "aquí importa ganar, pero también jugar bien. Jugamos para la gente y si la gente llena el campo es por algo". El juego está por encima de las celebraciones, de las que no se tratará mientras no se sea campeón.

A la izquierda, Guardiola escuchanen el césped del Camp Nou los últimos minutos del Tenerife-Madrid que decidió la Liga 1990-91. A la derecha, Guardiola con Clemente, cuando eran jugador y seleccionador, respectivamente, en la concentración de España para el Mundial 1994.
A la izquierda, Guardiola escuchanen el césped del Camp Nou los últimos minutos del Tenerife-Madrid que decidió la Liga 1990-91. A la derecha, Guardiola con Clemente, cuando eran jugador y seleccionador, respectivamente, en la concentración de España para el Mundial 1994.RAFA SEGUÍ / MAITE VIRÓS ENRIC FONTCUBERTA

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