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Reportaje:

Calvo, de la lata al plato

La conservera líder apuesta por la diversificación de la oferta para ganar mercados

Con una facturación superior a los 420 millones de euros y una cuota de mercado del 7%, el grupo Calvo es líder en el sector de la industria conservera. La empresa gallega ha sido y se mantiene como una de las firmas pioneras en la búsqueda de nuevas salidas para la actividad del sector, tanto desde la perspectiva de ofrecer nuevos productos y lograr nuevos nichos de consumidores como en la búsqueda de nuevos mercados en el exterior.

Frente a la política tradicional de la oferta conservera, basada en la continuidad y escasa innovación, el grupo líder fue uno de los pioneros en la elaboración de nuevos productos, así como en la presentación de los mismos. En esa línea se halla el funcionamiento dentro del grupo de la sociedad Conserveira de Esteiro, dedicada a la elaboración de conservas por especialidades en productos como calamar, mejillón o sardina. En la misma estrategia se halla la fabricación de platos preparados y ensaladas con el pescado como base. Un paso más en la misma dirección es la salida al mercado de productos refrigerados, fundamentalmente salchichas y hamburguesas, así como una nueva oferta de productos delicatessen. Las últimas actuaciones en ese desarrollo se han basado en la oferta de caldo gallego, fabada asturiana, callos con garbanzos o lentejas.

La facturación de los nuevos productos supone aún menos del 10% de las ventas del grupo gallego

Desde la perspectiva accionarial, el grupo se halla hoy en una situación de normalidad tras haber superado en los últimos años las dificultades que suponen los relevos en este tipo de estructuras familiares. Al frente de la empresa se halla la tercera generación en una posición de estabilidad, factor clave para afrontar el reto exterior.

Como el resto del sector, tiene el atún como producto mayoritario y, en consecuencia, sufre los problemas de las importaciones y la competencia de terceros países. La respuesta de la empresa a la existencia de unos mercados abiertos y muy globalizados ha sido la apuesta por estar presente en terceros países, tanto para ganar mercados como para el aprovisionamiento de materias primas.

En el mercado comunitario, el grupo, a través de Nostromo, controla el 14% del mercado italiano de las conservas.

Con la mirada puesta en el aprovisionamiento de materia prima, pero también en los mercados del norte de África y Oriente Próximo y Asia, el grupo gallego hizo una incursión en Marruecos con instalaciones alquiladas que actualmente ha abandonado.

Pero la gran apuesta del grupo, a todos los efectos, ha sido el desembarco en el continente americano, tanto para la realización de capturas como para crecer en esos mercados.

El Salvador fue el punto elegido para apostar por los mercados de Centroamérica y América del Norte. Ello supuso una inversión en su día de 60 millones de euros para la construcción de una planta de transformación de la materia prima y su enlatado. El objetivo de esta inversión era disponer de una base de aprovisionamiento y, sobre todo, abordar desde allí el mercado norteamericano.

Con vistas a los países suramericanos, el grupo Calvo hizo su desembarco en la conservera brasileña Gomes da Costa con una inversión superior a los 20 millones de euros. La planta ha pasado de enlatar sólo sardinas a otras líneas de producción, como atún. La firma brasileña contaba ya con una presencia importante en todos los países del Cono Sur, posición que se ha reforzado con el grupo español.

La política de Calvo en el exterior responde igualmente a la necesidad de aprovisionarse de materia prima en las zonas de capturas, para lo que cuenta con seis barcos atuneros.

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