Finn E. Kydland Premio Nobel de Economía en 2004
"La subida de impuestos frenará las inversiones de las empresas"
El noruego Finn E. Kydland obtuvo el premio Nobel de Economía en 2004 junto a Edward C. Prescott por sus investigaciones sobre los ciclos económicos y la política macroeconómica. La semana pasada aterrizó en la Fundación Rafael del Pino para alertar a los gobiernos del peligro de una mala política fiscal, que entorpecería la recuperación. Subir impuestos, en su opinión, borraría los incentivos de inversión para las empresas.
Pregunta. ¿Ve usted indicios de que la salida de la crisis está asegurada?
Respuesta. No, estoy bastante preocupado. Hay una falta de incentivos para que las compañías inviertan, por ejemplo, en innovación. Ha habido un enorme crecimiento de las deudas estatales, que van a aumentar la presión sobre los presupuestos. Los impuestos deberán subir para cubrir estos gastos. Y la inversión significa grandes gastos hoy y obtener un beneficio en el futuro. Pero con la amenaza del incremento de los impuestos sobre los beneficios de las compañías, las empresas se preguntan: "¿nos interesa esta inversión?". Ello crea cierta incertidumbre sobre el futuro, y eso siempre es malo. La actividad en inversión será insuficiente para devolver a la economía a su camino habitual.
"Habría sido mejor evitar tanto gasto y cubrir simplemente al desempleado"
"El IVA es la tasa menos dañina para la actividad de las compañías"
"Hay que favorecer que los empleados migren a sectores productivos"
"El exceso bancario reciente no es un argumento contra el libre mercado"
P. Esta deuda que ha crecido enormemente, ¿era excesiva en todos los campos?
R. No toda. Se aprovecharon fuentes de financiación muy baratas en su momento para proyectos pensados para aumentar la productividad de la economía en el futuro, que es lo correcto. Pero el afán de endeudamiento llevó a gastar, gastar y gastar, sin gran consideración por si esos proyectos se ajustaban a criterios de productividad.
P. ¿A qué proyectos se refiere?
R. Sobre todo a los estímulos fiscales, que han ejecutado varios gobiernos, como el de EE UU. Pero podemos hablar también de los rescates a los grandes bancos, o la ayuda a General Motors. Se vertieron fondos gubernamentales para intentar mantener el desempleo a raya, pero de forma ineficiente. Habría sido mejor no gastar tanto y que la deuda aumentara tanto, y en cambio, recolocar más fondos a ayudar a esos desempleados, y formarlos en los sectores que sean considerados de futuro.
P. ¿Qué opina de los 13.000 millones de euros del Fondo de Inversión Local para emplear a gente en proyectos de la construcción de forma temporal?
R. ¡Pero si la construcción era precisamente el problema en España! La manera en que lo describe suena inútil. Se ajusta al ejemplo del que hablaba: gastar en proyectos sin un beneficio claro a largo plazo. Podrían haber dado ese dinero directamente a la gente que intentaban ayudar.
P. Y si no se suben los impuestos, ¿cómo se va a controlar ahora ese déficit?
R. Hay que ser extremadamente cuidadoso con dónde se suben los impuestos. Si la idea es poner más impuestos sobre los beneficios de las empresas, es decir, sobre el capital, ello perjudicará la productividad, que es el futuro.
P. ¿Tan grave sería una subida de impuestos? Se habla de aumentos de uno o dos puntos.
R. Es precisamente por ello que es tan tentador subirlos. La percepción para las compañías ya existentes es que no va a tener demasiada influencia en su actividad productiva. Pero a mí me preocupa cómo se resienta la inversión emprendedora. ¿Serán las nuevas actividades rentables? ¿Qué papel jugará la amenaza de los impuestos en un futuro? Según varias estadísticas, los negocios tradicionales no contribuyen demasiado al crecimiento. La gente imaginativa que piensa en innovar, sí. Me preocupa que el incentivo para este tipo de actividades se resienta porque se crea que el panorama fiscal en el futuro lo vaya a dañar.
P. ¿Y hay margen en el IVA?
R. El IVA es un asunto diferente. Todos los impuestos afectan a las compañías en cierto modo. Pero subir el IVA es menos dañino para los incentivos de inversión que otros impuestos. Su problema es que afecta igualmente a las rentas altas y a las bajas. Si sube el IVA, puede está seguro de que va a molestar a las personas con rentas bajas.
P. ¿Piensa usted que el gran lastre de la crisis es la falta de crédito?
R. Siempre es difícil identificar qué hace que el crédito fluya más o menos. ¿Es porque los bancos, junto con las empresas, no ven las condiciones para invertir en el futuro? ¿Están preocupados sobre las próximas subidas de impuestos? Una de las fuerzas conductoras a largo plazo es la actividad innovadora, la creación de nuevas empresas. Y eso también afecta a la cuestión financiera. Las compañías que están arrancando ahora o que lo van a hacer en un futuro cercano serán probablemente las que lo tendrán más difícil para conseguir financiación para sus proyectos. Lo que los Gobiernos deben hacer es poner atención en este asunto mejorando y afinando su política fiscal.
P. ¿Qué opina de la tasa Tobin y de gravar los bonus, opciones planteadas por varios Gobiernos europeos recientemente?
R. No me entusiasma demasiado. La cantidad de ingresos que pueden generar estos impuestos es probablemente minúscula. Van a ayudar muy poco al equilibrio presupuestario. Es una posición claramente política. La competencia entre las empresas es importante para la economía, y no debe penalizarse el mercado sólo porque se esté ganando mucho dinero.
P. ¿Y es necesario ejecutar una reforma laboral, que siempre parece ser el foco de las reformas cuando hay una crisis?
R. La percepción que yo tengo sobre la necesidad de una reforma laboral es mayor en algunos países europeos que en EE UU. Pero no sé cuál es el origen de esa necesidad. Mi teoría es que lo más importante es que los recursos vayan a los usos más productivos, y ello incluye a los trabajadores, que son extremadamente importantes en las cadenas de producción. Así que los gobiernos deben facilitar su migración a trabajos productivos. Si hay obstáculos que lo impiden sería bueno pensar cómo eliminarlos.
P. ¿Cree que el libre mercado es culpable de la crisis o no ha sido ese el error?
R. No. Algunos tipos de libertad pueden haber ido demasiado lejos. Siempre que hay la percepción de que la gente debe estar asegurada, se necesita regulación. Si algunos bancos han sido considerados demasiado grandes para caer, el error ha sido no regularlos más eficazmente. No pueden ser libres para hacer lo que quieran y darles además la impresión de que les rescatarás pase lo que pase. Eso es incrementar el riesgo y malgastar el dinero de los contribuyentes. Pero ese no es un argumento contra el libre mercado.
P. ¿El proteccionismo es todavía un riesgo?
R. En los años treinta, después de la Gran Depresión, el aumento del proteccionismo fue uno de los motivos principales por los que la recuperación tardó tanto en llegar. Pero hasta ahora no ha habido demasiado movimiento en ese sentido. -
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