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Fabra tira de mando a distancia

La baja del presidente del PP de Castellón recompone la escena local y provincial

María Fabra

El PP mostró ayer las consecuencias de la ausencia de su presidente provincial, concejal del Ayuntamiento de Castellón y presidente de la Diputación, Carlos Fabra, de baja por enfermedad. A la espera de reponerse, Fabra sigue tratando de dirigir y marcar, por teléfono, las líneas a seguir. Aunque no le salen tan rectas como quisiera.

En el PP, orgánicamente, la secretaria general, Marisol Linares, es quien debe asumir la presidencia en funciones, ya que el cargo de adjunto a la presidencia, que ocupa el vicealcalde, Javier Moliner, fue un invento del propio Fabra para auparle como elegido para la sucesión. De hecho, este únicamente cuenta con las funciones que en él delegue el presidente. Ambos, Linares y Moliner, se alternan con el protocolo.

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Ayer hubo constancia de ello, en la propia sede del PP, donde los dos habían convocado una reunión junto a alcaldes y portavoces afectados por el desdoblamiento de la N-340, uno de los temas "preferidos" del PP local. Linares no acudió al encuentro y fue Moliner quien hizo las presentaciones, pero también quien cedió el protagonismo, cosa que Fabra no hubiera hecho nunca y menos tratándose de tema que implicaba a varios municipios. Quizá, tampoco hubiera permitido incongruencias como la de la presencia de la alcaldesa de La Vall d'Uixó, municipio que nada tiene que ver con la infraestructura y, sin embargo, la ausencia de Vila-real, directamente afectado por el futuro del vial.

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Así, fue el alcalde de Castellón y presidente del PP local, Alberto Fabra, quien tomó las riendas de una comparecencia en la que desdijo la teoría del propio Fabra (que apostó únicamente por la N-340 porque "liberalizar la AP-7 vale una fortuna") y justificó la presencia de los alcaldes con un nuevo eje costero. En cualquier caso, se pudo comprobar que el tándem presidente local-adjunto a la presidencia provincial, parece mucho más resuelto que en las ocasiones en las que se limitaban a acompañar y ratificar a Fabra. No en vano, el alcalde es también coordinador del PP autonómico y, por lo tanto, referente de los castellonenses en esa dirección.

Alberto Fabra también fue protagonista de otra de las consecuencias de la ausencia de Carlos Fabra. Ayer, durante el pleno del Ayuntamiento de la capital de La Plana, hubo de utilizar su voto de calidad para que no prosperasen dos mociones presentadas por el Grupo Socialista. De esta manera, se tuvo que negar a la creación de un cheque fiscal para compensar la diferencia entre el incremento de impuestos y tasas aprobado por el PP y el IPC de los últimos tres años.

En la Diputación, el vicepresidente primero y alcalde de Vall d'Alba, Francisco Martínez, ha asumido la presidencia en funciones. La primera consecuencia de su nueva condición ha repercutido en su propio pueblo, en donde pospuso la celebración del pleno municipal previsto para ayer, pese a que este sólo tiene carácter trimestral.

En cualquier caso, Martínez mantiene el mando delegado por Fabra, a quien consulta constantemente, sobre todo, a través de la diputada de Comunicación, Esther Pallardó. Otros se esfuerzan por aprovechar su ausencia para tratar de ensanchar su poder públicamente, pero el margen de maniobra es mínimo, puesto que es donde Fabra ha dejado más atada la marcha de la institución, mientras dure su recuperación.

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