Baltar recibió más de 200 votos de empleados de la Diputación
La victoria del presidente del PP orensano se fraguó gracias al apoyo de los trabajadores temporales empleados por su padre
El pasado 30 de enero, José Manuel Baltar Blanco sucedió a su padre, José Luis Baltar Pumar, como presidente del PP de Ourense. Ante la mirada de los "cascos azules" enviados desde las sedes del PP gallego y español para garantizar la limpieza del cónclave, el hijo de Baltar se impuso con rotundidad a su oponente.
José Manuel Baltar vapuleó al rival de Rajoy y Feijóo, el alcalde de Verín, Juan Manuel Jiménez. Pero ahora se ha sabido que más de 200 de los delegados que lo auparon a la presidencia y vitorearon después su triunfo abucheando a los oponentes, tenían puestos de trabajo en la Diputación provincial de Ourense. La mayoría de esos votantes eran empleados temporales fichados por el padre del presidente electo. Además de estos dos centenares largos de trabajadores de la institución, asistieron al congreso como delegados de Baltar otros militantes del Partido Popular que, aunque no dependen de la institución provincial, tienen colocados en ella a sus familiares.
Es el caso de alguno de los nuevos miembros de su ejecutiva, como Ignacio Martín Amaro; o el ex presidente de la ONCE, José Mayo; o la representante de la federación vecinal Limiar, Mercedes Alcalá, o el ex delegado provincial de Medio Ambiente Agustín Prado Verdeal. La lista es larga. Uno de los casos más llamativos es el del teniente de alcalde de Cartelle, Jaime Sousa. No sólo ha encontrado él un puesto de trabajo en la Diputación como funcionario. La institución da empleo también a sus dos hermanos, a un tío, a un hijo, a la hija de su primera mujer y a la hija de su actual compañera.El congreso de la victoria de los Baltar, que puso el cortafuego a la era de triunfos de Feijóo, se fraguó con el respaldo en urna de 723 compromisarios, frente a los 433 de su oponente. De aquéllos, casi un tercio, más de 200, trabajan para la Diputación, mayoritariamente como eventuales. Apenas figuran una docena de funcionarios. El resto son contratados temporales, con la reedición de sus empleos pendiente de la decisión del presidente provincial, y personal laboral fijo. Abundan los que han conseguido ver renovado su puesto de trabajo anualmente desde 2007 hasta 2009. Los más afortunados, pocos, consiguieron convertirse en laborales fijos tras el rosario previo de contrataciones.
Del entramado de adhesiones tejido por Baltar padre a lo largo de sus dos décadas al frente del Partido Popular y de la Diputación dan cuenta las fidelidades que ha cosechado en algunos municipios de la provincia, en donde la práctica totalidad de delegados avalaron a su hijo.
De los 10 compromisarios que se postularon por el Ayuntamiento de Amoeiro, siete trabajan en la institución provincial, todos ellos con contratos renovados sucesivamente, excepto dos que son laborales fijos. En el municipio de Entrimo, de los cinco delegados al congreso, cuatro han tenido o tienen contrato en la Diputación y uno de ellos es funcionario. Y en Nogueira de Ramuín, Baltar Blanco contó con el apoyo de media docena de trabajadores, entre los que figura también un funcionario, contratados por su padre.
Paradigmático es el caso de Esgos, tierra natal del presidente de la Diputación, en donde gobierna su cuñado, Manuel Blanco, mientras que José Manuel Baltar Blanco ejerce la tenencia de alcaldía. Aquí se invierte la tendencia de la precariedad laboral. De los cuatro delegados al congreso contratados en la Diputación tres son funcionarios.
El Ayuntamiento de Porqueira, en donde Baltar padre captó en su día de las filas del PSOE a Susana Vázquez Dorado -la primera tránsfuga española-, aportó seis compromisarios con empleo en la Diputación. Finalizado con éxito el congreso de la sucesión familiar, el presidente de la Diputación anunció que tocaba cerrar el grifo de las contrataciones, aunque en este mes ha anunciado nuevas oposiciones.
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