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Reportaje:

Cunit, una cuestión de liderazgo

Claves de poder en el conflicto entre musulmanes

"No es el primer ni el último caso: en las comunidades musulmanas llueve sobre mojado, pero no siempre se denuncia". Jordi Moreres, profesor de Sociología de la Universidad Rovira i Virgili y reconocido experto del movimiento islámico en Cataluña, considera que el conflicto de Cunit (Baix Penedès) en el que hay imputados cuatro islamistas, incluido el imán de la localidad, por acosar presuntamente por motivos religiosos a una musulmana moderada empleada en el Ayuntamiento responde a un mecanismo de control social típico de los colectivos inmigrantes.

El poder de un cargo

La fiscalía pide de cinco a dos años de cárcel para los imputados. "Ocurre con distinta intensidad en muchas localidades del territorio. A la cuestión religiosa se le suma una tensión interna por el liderazgo del colectivo y su representación que la comunidad catalana desconoce", advierte. En la misma línea se pronuncia la entidad SOS Racisme: "Los colectivos inmigrantes están en pleno proceso de transformación. Es alarmante el desconocimiento colectivo respecto a cómo se están adaptando a nuestro territorio", señala un portavoz.

Moreres conoce el terreno: en los últimos meses ha contactado con Fatima Ghailan, mediadora cultural y supuesta víctima del acoso de Cunit, para consultarle sobre el caso. "En su situación se suma al conflicto religioso la competencia entre referentes dentro de la comunidad musulmana", razona Moreres. "Este acoso está vinculado a una persona que ocupa un puesto importante en el vínculo entre Ayuntamiento y la comunidad. Se trata de una lucha encubierta por la representación de la comunidad, entre otros intereses que desconocemos. Les ocurre a muchos otros mediadores de otros consistorios", explica.Lo opinión de Moreras la corrobora Mohammed Iqbal, paquistaní presidente de la asociación Camí per la Pau. "En las comunidades inmigrantes hay diversidad de opiniones. Hay imanes que son campesinos y pretenden enseñar, exigen un liderazgo que no merecen: antes deben aprender. Entre los inmigrantes se rechaza cada vez más a los imanes o representantes que no tienen conocimiento de la realidad española".

El caso debe analizarse más allá del prisma occidental, advierte Moreres. "Parece que nuestro debate es el más importante, pero es simplista. Hablamos de integración pero obviamos que es inevitable un mínimo de autorregulación de estas comunidades. Lo entendemos mal, como muestra la reacción de la alcaldesa, que ha generado cierta sorpresa", señala. La regidora de la localidad, Judit Alberich (PSC) intentó mediar entre la supuesta víctima y los acosadores. Optó por no detener al imán imputado y sugerir a Ghailan que retirara la denuncia contra él.

El caso de Cunit ha levantado expectativas entre los inmigrantes musulmanes. En los foros virtuales de estas comunidades se sucede estos días un debate sobre el papel que debe adoptar un imán. "Los musulmanes rechazamos que los líderes religiosos puedan imponer ciertas actitudes", apunta Iqbal. "Cunit ha alimentado la reflexión sobre los límites de autoridad que puede ejercer un imán o líder", reseña Moreres.

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