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Reportaje:AIRE LIBRE

La guarida de las 'xanas'

Hadas, eremitas y hórreos en la comarca asturiana de Los Oscos

Los Oscos es una comarca del occidente asturiano limitánea con Galicia. Entre los 600 y los 1.000 metros sobre el nivel del mar aparecen como auténticas islas interiores. La meseta comprendida entre Santa Eulalia, San Martín y Villanueva de Oscos se asienta sobre una sucesión de valles estrechos, comunicados entre sí por desfiladeros conocidos como ozcas, de donde quizá vendría su topónimo. Las laderas de los montes presentan fuertes pendientes. Hay pocas vegas llanas. Los escasos asentamientos humanos se concentran en las tierras de menor inclinación en torno a los ríos Barcia y Villanueva. Las cuencas fluviales son de orientación sur, algo excepcional en Asturias. El clima es continental. La variación térmica entre el frío invierno y el seco verano alcanza los 23 grados.

Los Oscos son una tierra dura, apartada y pobre. Ermitaños, bruixas y xanas (hadas locales) pueblan la mitología de una zona arcaica, plagada de castros prerromanos y túmulos funerarios megalíticos. Los Oscos nunca fueron tierra de paso. Lejos de las vías de comunicación, quien iba hasta allí era para esconderse o retirarse. Entre los siglos VIII y IX se refugiaron algunos monjes visigodos de hábitos eremíticos, contrarios a la relajación cluniacense. Alfonso VII les concedió el privilegio de fundar el monasterio cisterciense de Villanueva bajo la regla de San Benito (siglo XII). El cenobio se convertiría en el verdadero centro de poder en la comarca, al menos hasta que el proceso desamortizador del siglo XIX lo convirtió en una cáscara vacía.

Sierra de la Bobia

Tras cruzar la ría de Navia por la nacional 632 me desvío hacia Grandas de Salime por la AS-12, una buena carretera que se desliza revirada entre prados y suaves colinas. A poca distancia está el castro de Coaña, salpicando la verde ladera del monte con las típicas construcciones circulares de piedra. Este tipo de asentamientos surgieron durante la edad del bronce, y, aunque la zona de castros se suele delimitar por el río Navia al este y por el Duero al sur, lo cierto es que la cultura castreña llegó hasta el País Vasco.

Una estrecha y bacheada comarcal atraviesa la salvaje sierra de la Bobia, desolado macizo montañoso del cual se derivan las tres estribaciones principales. Estas lomas forman un paisaje montaraz y descarnado. La cima de los montes es plana y en ellas florece un brezo violáceo, casi lisérgico. Las vacas rojizas y los caballos asturcones pastan a su aire e invaden la carretera con arrogancia.

En el alto de la Garganta, presidido por un dolmen, cojo el desvío a Taramundi por la AS-26, auténtico Finisterre del interior y localidad limítrofe con la provincia de Lugo. La actividad económica se reduce al ganado de carne, el incipiente turismo rural y la fabricación de navajas. Tras un rápido tentempié en esta aldea conocida por sus navajas, me dirijo por la AS-27 hasta el pequeño municipio de Santa Eulalia de Oscos, situado en las estribaciones de un bosque. El siguiente pueblo, Fonsagrada, ya en Galicia, corona una meseta que domina unos profundos valles sembrados de espigadas coníferas. Situada lejos del mar, la villa, sin embargo, tiene fama mundial por su pulpo. No falta quien dice que aquí se come el mejor de toda Galicia. Probablemente sea una exageración. Almuerzo una deliciosa y tierna ración en la popular pulpería A Caldeira (982 34 00 61), modesto figón frecuentado tanto por locales como por peregrinos camino de Santiago de Compostela.

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A cinco kilómetros de San Martín de Oscos (AS 13), en una hondonada umbría, se encuentra el palacio de Mon. A pesar del descuido, los escudos de la fachada deslumbran por la filigrana de sus motivos heráldicos. Es increíble que se hayan conservado intactos en este clima tan extremo y húmedo. El único habitante del lugar atranca la puerta malhumorado al verme merodeando por su aislado escondite. No hay opción a preguntas ni a conversaciones. Es uno de los herederos de la propiedad. Resulta obvio que no le gustan los extraños.

El monasterio de Villanueva

Villanueva de Oscos está presidida por la mole del monasterio en el centro del pueblo. El edificio conserva majestad, aunque se le han ido adhiriendo numerosas viviendas adventicias. El interior está destruido, comido de hiedra y humedad. La sede abacial fue a la vez institución político-administrativa con facultades jurisdiccionales, notaría de regalía para asuntos entre particulares e institución diocesana con cementerio y derechos eclesiásticos.

También era poder económico; el tumbo lo retrata como el mayor propietario de la comarca. Los campesinos, aparceros sin tierra, debían abonar una renta en especie. En 1677, los monjes fundaron una herrería que llegaría a dar trabajo directo e indirecto a más de mil personas. Los monjes se apartaban cada vez más de la regla de San Benito, ora et labora. Acabaron convertidos en caciques. La desamortización de Mendizábal en 1835 se los llevó por delante. El monasterio, abandonado, sufrió expolios y saqueos hasta que en 1868 pasó a manos privadas.

La Marquesita

La Marquesita, en San Martín de Oscos, no es el típico hotel rural. El establecimiento sirve de galería de pintura y sala de conciertos y conferencias. Los jóvenes hermanos que heredaron el negocio familiar lo remozaron y fundaron una asociación llamada Cultura contra el Olvido para paliar la dejadez de las instituciones públicas. Animan las frías y solitarias noches del invierno invitando a poetas y cantantes asturianos.

Edu, uno de los dueños, me cuenta que ahora hay carreteras y las calles están asfaltadas. Aunque las comunicaciones han servido para que la gente se marche con más facilidad. En la zona se habla tradicionalmente gallego y eso les trae no pocos problemas con los asturianistas del oriente que quieren convertir el asturiano en lengua oficial. Le pregunto su opinión acerca de las pretensiones anexionistas del BNG sobre las comarcas limítrofes. Sonríe. "Desde que nos tiran los tejos los nacionalistas gallegos nos hacen más caso en Oviedo".

» Miquel Silvestre (Denia, 1968) es autor de la novela Spanya SA (Barataria).

Cascada de Seimeira, en Los Oscos.
Cascada de Seimeira, en Los Oscos.Pedro Retamar

Guía

Dormir

» La Marquesita (www.lamarquesitadeoscos.com; 985 62 60 02). San Martín de Oscos. Habitación doble, 45 euros.

Información

» Mancomunidad turística de Los Oscos-Eos (www.oscos-eo.es).

» Oficinas de turismo en Santa Eulalia de Oscos (985 62 12 61) y San Martín de Oscos (664 11 38 15).

» Turismo de Asturias (www.infoasturias.com; 902 300 202).

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