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Secuestro de tres cooperantes

Un ministro maliense desvela la red de complicidades

"Somos nosotros los que debemos llamar a nuestros hijos y a nuestros primos y decirles que paren porque están comprometiendo el porvenir de todo un país". Mohamed el Moctar, ministro de Cultura de Malí, habló con una franqueza inusual en una reunión organizada a principios de mes con notables de las tres regiones del norte del país (Tombuctú, Gao y Kidal).

El turismo se hundió en Mauritania tras el asesinato, en diciembre de 2007, de cuatro turistas franceses y ahora le está llegando el turno a Malí. La preocupación cunde no tanto porque Al Qaeda en el Magreb reagrupe ahí a sus rehenes -lo hace desde 2003- sino porque, por primera vez, un occidental, el francés Pierre Camatte, ha sido secuestrado en el país.

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Cerca de 20.000 turistas españoles viajaban anualmente a Malí -el país africano con más yacimientos arqueológicos después de Egipto- pese a la inexistencia de vuelos directos. En el norte del país el turismo internacional se gastaba unos 10 millones de euros anuales, un cantidad nada desdeñable en uno de los países más pobres de África.

Los notables del norte, los organizadores de festivales como el de Anderaboukane, temen ahora quedarse sin el maná turístico. "Nos están pidiendo que escondamos a los pocos turistas blancos porque los salafistas les buscan", explica, en el diario Le Quotidien de Bko, Fatoumata Wallet, promotora del festival de Teneré. Por eso, todos ellos se reunieron con el citado ministro de Cultura y con el de Turismo, N'Diaye Bah. Este último repitió, como lo dijo días antes su presidente, Amadou Toumani Touré, que "Malí no es más peligroso que algunos suburbios de ciudades europeas".

Narcotraficantes

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Su colega de Cultura desveló, en cambio, con crudeza el entramado de complicidades de las que gozan los traficantes de droga, los contrabandistas y los terroristas en el norte. "Un francés es secuestrado y son los malienses los que le secuestran o, por lo menos, la operación se efectúa con la complicidad de malienses (...)", afirmó. "En ese circuito cada uno tiene su parte de responsabilidad".

"En el norte no hay un solo ladrón, un solo cómplice que no sea conocido, pero nunca se les denuncia y cuando, por casualidad, sí se les denuncia, los notables locales intervienen para obtener su liberación", concluyó el ministro de Cultura. A continuación, hizo ese llamamiento a sus interlocutores para que llamen a sus familiares en el Norte y les insten a cortar por lo sano con la delincuencia y el terrorismo para salvar el turismo.

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