Carod llama a la unidad del independentismo y no aclara su futuro

Con tanta gente en el auditorio de La Pedrera como en la calle, unas 600 personas, el vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod Rovira, pronunció ayer "a título personal" la conferencia en la que se esperaba que desvelara su futuro político tras ser excluido de la lista de ERC en las próximas elecciones por el presidente del partido, Joan Puigcercós. En un ya célebre almuerzo en el Set Portes de Barcelona, Puigcercós comunicó a quien capitaneó la entrada de ERC en el Gobierno catalán que no cuenta con él. Es hora de un relevo generacional, le dijo.

Pero Carod, proclive a hablar de sí mismo a la menor ocasión, no aclaró esta vez nada concreto, más allá de que quiere "contribuir, en primera línea, a construir la nación desde la izquierda". El vicepresidente defendió contundentemente la presencia de ERC en el Gobierno -"es más importante un día en la Generalitat que 20 años en la oposición"-, los logros de los dos tripartitos, cuestionó el "independentismo de agua de borrajas" y manifestó que no es hora "de escisiones ni de más fragmentaciones en el mapa político catalán". "Más allá de los partidos, hay un espacio amplísimo que habrá que compactar", dijo en el párrafo 80 de los 85 que escribió, pero sin revelar cómo ni cuándo. Carod abogó por "un proyecto nacional no nacionalista" y, como en otras ocasiones, defendió un independentismo práctico, "transversal", que "mire adelante"; que se libere de "la mochila de la herencia", "los lloros y lamentos" y del "enemigo en quien descargar culpas".

La dirección de ERC acogió el discurso de Carod con un suspiro, liberada al ver que sus intenciones son pacíficas: no abandona el partido ni se dispone a hacerle la competencia, como ha hecho Joan Carretero fundando Reagrupament. Aunque oficialmente la exclusión de Carod de las listas se atribuye a la necesidad de ofrecer nuevas las caras, las encuestas internas del partido indican que el vicepresidente resta votos al partido, aseguran fuentes de la formación. Preocupados por los malos resultados que también sus sondeos arrojan, los republicanos se centrarán en recuperar a los votantes que, desencantados, piensan quedarse en casa y en repescar a quienes puedan pasarse a Reagrupament.

Pese a las tensiones vividas, y al gesto de elegancia que Carod tuvo acudiendo hace dos semanas a Núria al acto de proclamación de Puigcercós como candidato, el presidente del partido no acudió ayer a La Pedrera. A esa misma hora pronunciaba otra conferencia en Galicia. Estaba apalabrada desde hace meses, aseguró un portavoz. La máxima representación de ERC fue la de su secretario general y portavoz en el Congreso, Joan Ridao. Además, hasta seis consejeros acudieron a la cita (los republicanos Joan Manuel Tresserras, Jordi Ausàs, Josep Huguet y Carme Capdevila, de ERC, y los socialistas Mar Serna y Ernest Maragall). No faltaron la mayoría de carodistas, como el presidente del Parlament, Ernest Benach; el presidente del grupo municipal del partido en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella; la portavoz, Marina Llansana, y el ex secretario general del deporte, Rafael Niubò.