"Si una canción es silbable, es buena"
Lo definen como su "disco del amor" y aseguran haber cumplido tres retos. Uno, tratar el mensaje del amor "sin complejos". Dos, componer temas cortos, con la estructura básica de estrofa más estribillo, sin más "parafernalias". Y tres, grabar "en directo". El disco, recalcan como niños pequeños ilusionados, fue masterizado en el estudio número 2 de Abbey Road en Londres, el mismo donde grababan sus grandes inspiradores, los Beatles. Son los barceloneses Sidonie: Marc Ros (guitarrista y cantante), Axel Pi (batería) y Jesús Senra (bajista).
Pregunta. Véndanme El incendio.
Marc Ros. Tras esa portada tan bonita de ese casi beso de dos personas, hay doce canciones que no superan los 40 minutos. Se hace corto. Ése es el mejor eslogan.
"A veces me pasé con el alcohol. Afectó a mi forma de tocar", reconoce Ros
"Abbey Road tiene una energía extraña. Todo es familiar", explican
P. ¿Lo corto es lo perfecto?
Axel Pi. Lo buscamos y lo llamamos cápsula pop.
P. ¿Por qué el amor?
M. R. Nos estaban pasando tantas cosas a nivel personal que teníamos que hablar de ello, sin timidez y con un lenguaje llano.
P. ¿Alguna canción pegadiza?
M. R. En Costa Azul la canción más imperecedera fue La luna...
A. P. ¡Que es la que menos hubiéramos pensado!
P. ¿Por qué odian la tan tarareada Summercat del anuncio de Estrella Damm?
J. S. No sé cuál es, pero si a ellos no les gusta yo voy a tope.
M. R. Hay canciones que te entran por el lado equivocado. Me pasa igual con Sin documentos (de Los Rodríguez), le tengo manía.
A. P. El otro día en Menorca, un tío bebía una cerveza y cantaba tonight tonight... La odio.
M. R. Es que además, que las agencias de publicidad sigan utilizando canciones en inglés aquí en España es un poco triste...
P. Antes cantaban en inglés...
A. P. ¡Y por eso nos pillaron para un par de anuncios! [risas]
P. ¿Cómo fue Abbey Road?
M. R. Un temblor de piernas.
J. S. Por las mañanas nos peleábamos a ver quién decía antes al taxista: "Abbey Road Studios, please". Te lo puedes creer o no, pero allí había una energía extraña.
A. P. Todo era familiar. El acolchado de la pared es el mismo.
J. S. Claro, es que si eres un enfermo de los Beatles como nosotros, has visto miles de fotografías. Conocíamos cada rincón.
P. ¿Siguen queriendo ocupar el espacio entre "la independencia más recalcitrante y la comercialidad más aburrida"?
A. P. No sé si lo ocupamos, pero sí lo recorremos. Venimos de esa independencia recalcitrante.
M. R. Antes nos decían que éramos el grupo abanderado del indie de Barcelona. Ahora quizá ocupemos un sitio más comercial.
P. ¿Les critican por ello?
M. R. En este trabajo te dan palos y besos por igual.
P. Elijan música comercial.
M. R. Calamaro, Pereza...
P. ¿Y si pudieran ver un concierto de alguien desaparecido?
J. S. Camarón de la Isla. Alucino con él. Me encanta.
P. ¿Les gusta de todo, no?
M. R. Menos esa de tonight tonight [risas]. Si es melódicamente silbable en la ducha, es bueno.
P. Ya no son el grupo de sexo, drogas y rock and roll.
M. R. Reconozco que a veces me he pasado con el alcohol. Se me iba de las manos y eso afectaba a mi forma de tocar. Y no soy una belleza, soy justito. Y sí, tras un concierto se te acercan más chicas y me he aprovechado de ello. Con las drogas, lo mismo.
J. S. Cuando empiezas es normal. Te dejas llevar por todo eso que has visto en otras bandas.
P. Hace un tiempo dijeron que saldrían con Brigitte Bardot pero se follarían a Madonna...
A. P. Yo todavía me la follaba.
M. R. ¿A qué edad a Brigitte?
P. No sé, es su frase.
M. R. Yo haría las dos cosas con Brigitte... ¡incluso ahora!
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