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Entrevista:WAYNE KRAMER | Guitarrista de MC5

"MC5 fue una semilla de mostaza"

Hace 40 años que Wayne Kramer, de 61, vivía al modo castrense la necesidad de atentar contra la cultura "con todo lo posible, incluyendo rock, drogas y follar en la calle". El guitarrista de MC5, única bandera en activo del grupo de Detroit, tocó ayer en el Cultura Quente de Caldas de Reis con el apoyo, también vocal, de Gilby Clarke (ex Guns'N'Roses), Doug Lunn (bajista de Frank Zappa y Bruce Springsteen) y Eric Gardner (batería con Rage Against the Machine).

Los otros dos supervivientes de Motor City Five, máquina de rhythm and blues y punk de izquierdas entre 1968 y 1972, ya no se animan. Veinte minutos antes del concierto, Kramer defendió el valor de la marca y se despidió levantando el puño del power to the people [poder para el pueblo]. Luego abrieron Ramblin' Rose, Tonight y Sister Anne y cerraron el grandes éxitos Kick out the jams -sin el célebre "motherfuckers"- y Rama Lama Fa Fa Fa. La tristeza del revival, lejos de la síntesis original y en duelo de guitarras como de rock para adultos, no pudo desgraciar las canciones.

Lo mejor de la noche, una versión de la 'Chacona en re', de Bach

"Vivo en Los Angeles y estaba de vacaciones en Europa", precisa Kramer, que sustituyó a los New York Dolls previstos en cartel días antes de empezar el Cultura Quente. Luego parece pensar sobre los "problemas políticos", pregunta habitual desde la canonización de MC5: "Había una generación que consideró que América iba en la dirección equivocada, y luchamos por cambiar las cosas e igualar los derechos entre las razas". La guitarra con las barras y estrellas de Kramer remite al tiempo de los White Panters y Trans Love Energies, la secta de John Sinclair. El autor de Guitar Army, ideólogo del grupo, mereció una canción de John Lennon tras ser condenado a diez años por dos cigarrillos de marihuana. Tanta política con guitarras no era aún sustancia del gremio, y todavía se recuerda cómo Pete Townshend estrelló la guitarra en el cuerpo de Abbie Hoffman. Al comunista libertario se le ocurrió interrumpir el concierto de los Who en el Festival de Woodstock para denunciar el encarcelamiento de Sinclair. Kick out the jams, de 1969, fue el único disco de MC5 bajo la égida de Sinclair. "Trans Love era una organización de activistas", afirma el músico, "y uno sigue siendo activista si está interesado en la justicia social". No entra en el relato de Patti Smith sobre roqueras velinas en Michigan. La viuda de Fred Sonic Smith, factótum musical de MC5, nunca se llevó bien con Kramer, que habla de democracia representativa. "Obama? La fuerza militar estadounidense debía retirarse ya de todos los países ocupados, pero por lo menos está preparado, no como el mamón que nos colocaron encima ocho años".

"MC5 fue una semilla de mostaza", juzga Kramer. El reiterado high energy sound de Detroit, casa también de los Stooges, empujó hacia adelante el rock y el pop posterior, con terribles epígonos europeos. A Kramer no le gusta el rock actual. "Me gustan Dirty Projectors y algunas bandas más, pero no hay ninguna originalidad. Es como escuchar siempre la misma canción, y las bandas tienen que encontrar su sonido".

El Cultura Quente, gratuito y con unos 150.000 euros de presupuesto -ayuntamiento, Heineken y Xacobeo, entre otros, todavía con el lema Galicia Escoita- terminó ayer en la carballeira de Caldas de Reis con las actuaciones de The Wedding Present, Facto Delafé y las Flores Azules y Lagartija Nick. La competencia folk de Ortigueira no restó público.

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