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El agua del canal Segarra-Garrigues ya riega 850 hectáreas de tres municipios

Inaugurado el primer tramo de un proyecto ideado hace más de 150 años

El sueño de varias décadas se ha hecho realidad para centenares de agricultores de Lleida con la puesta en servicio de los primeros 5,2 kilómetros del canal Segarra-Garrigues, la infraestructura de regadío de mayor envergadura de las construidas en Cataluña. Esta obra millonaria (más de 1.600 millones de euros de inversión) permitirá aumentar la producción agraria de seis comarcas del sur de la provincia (Noguera, Segarra, Urgell, Pla d'Urgell, Les Garrigues y Segrià) y reforzará el abastecimiento de agua de boca y para usos industriales de 74 municipios. Está previsto que el canal esté completamente finalizado en 2013.

El primer tramo del Segarra-Garrigues, el más próximo al pantano de Rialb (Noguera), donde tiene la toma de abastecimiento, empezó a regar ayer las primeras 850 hectáreas en los municipios de Oliola y Vilanova de l'Aguda.

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El presidente de la Generalitat, José Montilla, dio la orden de activar el sistema de riego enviando un mensaje desde su teléfono móvil y segundos después el agua empezó a irrigar un campo de 18 hectáreas de patatas donde antes sólo se podía cultivar cereal. "Éste es un día importante para los agricultores porque con el agua podremos diversificar los cultivos y obtener mejores rendimientos", señaló Ramon Torra, propietario de la finca.

Montilla definió el Segarra-Garrigues, ideado hace más de 150 años, como una infraestructura capital para el desarrollo y reequilibrio territorial de Cataluña. En su parlamento ante más de 300 personas -entre ellas el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu; el consejero de Agricultura, Joaquim Llena, y la totalidad de los alcaldes de las poblaciones que recibirán agua del canal-, el presidente catalán dijo que esta obra es "el emblema del proceso más grande de transformación territorial que se hace en Europa".

Montilla destacó que el canal también permitirá garantizar agua de boca a más de 72.000 habitantes e incrementará en 180.000 kilovatios la potencia eléctrica de la zona "Ninguna industria dejará de venir al territorio por falta de agua o electricidad", dijo.Montilla recurrió a las cifras para destacar la magnitud del proyecto: 84,7 kilómetros de longitud, 70.000 hectáreas de superficie regable (aunque las normas establecidas por la Unión Europea para la protección medioambiental impondrán límites al regadío en más de la mitad), 16.000 usuarios, 3.500 kilómetros de tuberías y una inversión de 1.600 millones de euros, el equivalente a la nueva terminal, la T-1, del aeropuerto de El Prat. El coste lo asumirán el Estado, responsable del canal principal y del pantano de L'Albagés; la Generalitat, que construye la red secundaria de distribución, y los regantes.

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Después de tres décadas de proyectos, anhelos, frustraciones, demoras y polémicas que en algunos momentos han cuestionado la viabilidad de la obra, Montilla tranquilizó a los regantes diciéndoles que el canal es una realidad "incontestable" que no admite marcha atrás, pese a las limitaciones de la UE, que ha obligado a excluir del riego más de 40.000 hectáreas para proteger diversas aves. "Pertenecer a Europa implica beneficios y obligaciones. Durante los últimos años hemos recibido subvenciones que triplican el coste de este canal, pero también tenemos que respetar las directivas europeas", señaló Montilla

El agua ha empezado a llegar a las primeras fincas, pero aún quedan muchas incógnitas por despejar. Los regantes no saben si la UE aceptará la última propuesta de zonas protegidas elaborada por la Generalitat para evitar las sanciones, por lo que desconocen cuántas hectáreas podrán regar, a qué tipo de cultivos dedicarán las fincas excluidas y a qué precio pagarán el agua.

Josep París, presidente del canal, calificó la jornada de "día histórico" para los agricultores y "esperanzador" para las generaciones futuras. "Éste es un canal que hemos de hacer entre todos porque la industria agroalimentaria tiene que dar vida a un amplio territorio de Lleida y crear riqueza para el progreso de sus gentes", afirmó París, para quien la incertidumbre por el precio del agua ha quedado superada por el valor de la infraestructura.

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