CiU y PP votan a favor de la Sagrera tras haber rechazado el túnel desde Sants

Paradojas: CiU y el PP votaron ayer una proposición a favor de la estación de la Sagrera, concretamente sobre su financiación, pese a haberse manifestado repetidamente en contra del túnel del AVE que atraviesa el Eixample desde Sants hasta la Sagrera. Sin las vías que rechazan, la estación carece de sentido. El resultado es que el pleno municipal, de forma unánime, votó una proposición sobre la financiación de la estación de la Sagrera, una estación de la que depende la configuración del norte de la ciudad y la creación de un importante nudo de comunicaciones hacia Francia. Hace algo más de un año, tanto CiU como el PP lograron que el pleno aprobara una proposición contra el túnel del Eixample, al contar con los votos de ERC.

Pero ahora, con las obras del túnel de Sants a la Sagrera ya iniciadas, el panorama ha cambiado. Sobre todo después de que hace una semana Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento llegaran a un pacto sobre la financiación de la Sagrera, que inicialmente fue denostado por la oposición y que motivó, en principio, que CiU y el PP presentaran en el plenario de ayer sendas proposiciones que lo cuestionaban. Las dos iniciativas fueron retiradas después de comprobar que ERC se alineaba con el bipartito. La solución fue redactar otra proposición que se pudiera respaldar de forma unánime negociando a toda prisa socialistas, nacionalistas, republicanos y populares.

En lo que todos los grupos municipales estuvieron de acuerdo ayer con relación a la estación de la Sagrera fue en lo siguiente: que el Ministerio de Fomento aporte los recursos necesarios para garantizar la financiación de la futura estación y que las obras se liciten y empiecen este año; que el propio Ayuntamiento se comprometa a transformar la zona al margen de las hipotéticas plusvalías de la superficie; que el Ayuntamiento "constate" que Fomento se hace cargo de la totalidad del coste del proyecto y que en ningún caso la estación de la Sagrera suponga coste para la ciudad, bien directo, bien por medio de incrementar la edificabilidad de la zona, y que se fije un calendario de obras sin retrasos.

Pese al acuerdo unánime, los principales grupos -socialistas y convergentes, y en menor medida los populares- acabaron tirándose los trastos a la cabeza. Xavier Trias recriminó a los socialistas que no presionen lo suficiente para que la estación no cueste ni un euro de plusvalías: "Fomento paga los 500 millones de la ampliación de Atocha y aquí no". Desde la bancada socialista fue el cuarto teniente, Ramón García Bragado, el que le replicó: "Es la primera vez que votan algo que va a favor de la Sagrera. Hasta ahora lo único que han planteado ha sido paralizar las licitaciones o las obras, y así no se puede avanzar". Jordi Portabella (ERC) apenas insistió en una cosa: "Que la estación no vaya a costa de la edificabilidad de la zona".

El alcalde, Jordi Hereu, cerró el debate -algo que no suele hacer- diciendo que lo importante es que la zona ya está en obras: "Ésa es la diferencia, que la Sagrera empieza a ser una realidad".