López recibe en Gernika el bastón de mando

El bastón de mando del País Vasco pasó ayer en Gernika de las manos de Juan José Ibarretxe a las del socialista Patxi López en presencia de los otros dos ex lehendakaris, del PNV, Carlos Garaikoetxea y José Antonio Ardanza, cerrando así una larga etapa de liderazgo nacionalista y abriendo un nuevo periodo en Euskadi.

"Le conozco desde pequeño y pienso sobre todo en lo que le hubiera gustado verlo a su padre", recalcaba el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, compañero y amigo del padre de nuevo lehendakari, Lalo López Albizu. "Felicidad total", proclamaba Libe Betolaza, de 72 años, presidenta de la agrupación de Eibar, tras entonar con toda el alma el Gernikako Arbola junto al roble de los vascos.

López dió relieve a su toma legal de posesión sobre el acto simbólico.

Representantes de 13 asociaciones de víctimas asistieron al acto.

Los peneuvistas acogieron con frialdad extrema al nuevo lehendakari. Los cargos institucionales del PNV se abstuvieron de aplaudir a López en la Casa de Juntas de la localidad vizcaína y se marcharon de inmediato sin hacer ninguna declaración en cuanto terminó el acto de toma de posesión del primer lehendakari socialista salido de las urnas.

La jornada fue emotiva y solemne. Si las formas son el fondo, el equipo de López las cuidó al extremo, combinando tradición con las dosis de cambio y adecuación a los tiempos que ha considerado imprescindibles, empezando por dotarla de un carácter laico. La emoción contenida fue la nota generalizada, tanto en quienes vivían un momento largamente esperado como en quienes veían pasar a otras manos un cargo que ha estado en las suyas durante 30 años: en las dos partes hubo ojos humedecidos y hasta lágrimas.

Además de Ibarretxe y su Gobierno saliente y representantes de la universidad, la judicatura, los sindicatos y la patronal, al acto acudieron por primera vez, invitados por la Cámara, presidentes de otras seis comunidades autónomas -los de las limítrofes, Cantabria, Castilla y León y La Rioja, no así Navarra, y los de Castilla la Mancha, Asturias y Aragón-, además de hasta 13 representantes de asociaciones de víctimas del terrorismo. El Gobierno central estuvo representado por los vicepresidentes María Teresa Fernández de la Vega y Manuel Chaves y por la ministra vasca Cristina Garmendia. Entre las ausencias destacaron las del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y sus representantes en el Congreso y el Senado, que los socialistas evitaron valorar. "No es día de reproches", zanjaron.

López dio preponderancia al momento de su toma formal y legal de posesión sobre el acto simbólico bajo el árbol de Gernika. Para ello alteró el orden de ambos, de modo que el segundo, al que los lehendakaris nacionalistas dieron prioridad siempre, se celebró después, una vez que ya era legalmente lehendakari.

López entró en la sala al son del Agur Jauna, otra novedad en el acto, lo mismo que la interpretación posterior del Gernikako Arbola, y escuchó la lectura del acuerdo del Parlamento que le eligió y del Real Decreto que le nombra. Después, con todos los asistentes en pie, prometió ejercer su cargo de lehendakari y representante ordinario del Estado "con lealtad a la Corona, al Estatuto de Autonomía de Gernika y demás leyes vigentes". Lo hizo con la mano sobre un ejemplar del Estatuto especialmente editado para la ocasión. Este acto, ayer resaltado, ha pasado casi desapercibido hasta ahora, aunque todos los anteriores lehendakaris lo han realizado también, incluso con una mención expresa a la Constitución, que el socialista no hizo ayer.

A continuación, y bajo el roble que simboliza los fueros vascos, el ya lehendakari partió de la fórmula utilizada desde 1936 por los presidentes peneuvistas, pero suprimiendo las referencias y los símbolos religiosos y sustituyendo el término "pueblo" por el de "ciudadanía" y añadiendo a la promesa de desempeñar fielmente el cargo la de hacerlo "desde el respeto a la ley". Su frase exacta fue: "De pie en tierra vasca, bajo el árbol de Gernika, ante vosotros, representantes de la ciudadanía, en recuerdo de los antepasados, desde el respeto a la ley, prometo desempeñar fielmente mi cargo".

Le observaban la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga; los cuatro miembros de su Mesa y la letrada mayor de la Cámara, Montserrat Auzmendi, quien se estrenaba en ese puesto tras sustituir a Eduardo Mancisidor.

No se registró en toda la ceremonia y los momentos posteriores el menor incidente, salvo un pequeño grupo de personas que gritó Patxi kanpora en el exterior de la Casa de Juntas a la llegada del líder socialista.

El juramento de Patxi López