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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Somos claros como el agua"

Guardiola destaca la ofensiva del Barça y Hiddink ensalza el trabajo defensivo del Chelsea

Jordi Quixano

En Cobham, ciudad deportiva del Chelsea, se repetía la historia en las dos últimas semanas. "A Guus Hiddink le preocupa mucho Iniesta y también Xavi, además de Messi", se filtraba desde el club inglés. Por eso, a cada entrenamiento, el técnico blue agarraba del brazo a Bosingwa -en ausencia del sancionado Ashley Cole- para explicarle los movimientos de Leo, para descifrarle sus recortes y desmarques. Se trataba de desarmar al pie ejecutor. Luego, llamaba a su despacho a los centrocampistas Lampard, Essien, Mikel y Ballack para repasar en la pizarra los movimientos de ayudas y las coberturas, además de los marcajes individuales.

El técnico del Chelsea planteó un partido defensivo en el Camp Nou. Y, al contrario de lo que piensan la mayoría de los equipos, le salió de maravilla porque no recibió gol alguno, aunque su trabajo táctico requirió de la mejor versión de Cech, recuperado después del penalti parado la semana pasada al West Ham. Al holandés, le faltó, sin embargo, la recompensa del tanto en campo ajeno, que en Europa vale por dos.

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Se le presuponía a Hiddink, admirador confeso del estilo de Johan Cruyff -como Pep Guardiola-, un fútbol más abierto y ofensivo. Incluso vaticinó goleada antes del partido. "Sigo pensando que Hiddink es de los mejores técnicos del mundo. No sé cuál era su idea y quizá nosotros se la hemos impedido", respondió Guardiola, el entrenador azulgrana. Pero no se escondió y aclaró una vez más su postura. "Nosotros somos limpios, claros como el agua, y los demás saben cómo jugamos. Aquí lo hemos intentado e iremos a Londres con el mismo espíritu de atacar y hacer goles", mantuvo. Justo lo que le faltó en el Camp Nou. "Sí", matizó, "pero quiero destacar el mérito del equipo. No sé si levantaremos algo al final del curso, pero lo importante es que no habrá reproches".

Reproches, en cualquier caso, sí que hubo para el árbitro, condescendiente con el juego viril del Chelsea. "Nosotros tenemos la pelota, atacamos y jugamos... Lo de Ballack es escandaloso. Merecía la tarjeta. Es la tónica del año y los colegiados se lo han de mirar un poco. Porque es su obligación observar las propuestas de los equipos", advirtió al tiempo que abundó: "Y a la primera falta de Iniesta le enseña tarjeta. ¡A Andrés, que no mataría a un pájaro!". Guardiola exige a sus futbolistas que no cometan faltas. "Para dar mayor ritmo al partido porque nos beneficia", aseguró.

Orgulloso, Hiddink parecía proclamar a los cuatro vientos la frase célebre de John Hannibal Smith, del Equipo A. "Me encanta que los planes salgan bien", decía éste. A Hiddink le salieron de rechupete. "Aunque nos quedan cosas por mejorar, como tener más posesión de la pelota", convino; "hemos demostrado tener sangre y coraje para conseguir que el Barcelona no marcase en su casa. Eso no es nada fácil. Ellos han jugado bonito, pero nosotros muy disciplinados tácticamente".

Ni corto ni perezoso, enumeró las virtudes de sus futbolistas en el duelo. "Cech ha tenido una gran actuación", se arrancó. "Terry ha demostrado arrojo y ser un líder", prosiguió; "y Bosingwa ha destacado por su buen trabajo defensivo, ayudado por Malouda en su banda y por los medios cuando Messi se colaba por el medio". Para Guardiola, Messi no estuvo tan desacertado. "Al revés", replicó; "estoy encantado con el partido que ha hecho Leo. Estos duelos le van y estoy seguro de que nos seguirán dando alegrías".

El Chelsea se abrigó en su terreno -"un equipo que jugaba de Cech a Drogba, de Cech a Drogba, y que se defendía con seis", dijo Guardiola- y el Barça se quedó sin su gol. "No hay una gran ventaja para nosotros", intervino Hiddink, "pero no sé si jugaremos con este planteamiento. El rival es muy complicado porque sabe manejar el balón y el ritmo". Con disciplina, de momento, se le frenó.

Valdés salva un remate a quemarropa de Drogba, una de las ocasiones más claras del Chelsea.
Valdés salva un remate a quemarropa de Drogba, una de las ocasiones más claras del Chelsea.AP

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