La nueva mochila de Ferran
"El fútbol, pese a sus peculiaridades, es una industria". El tipo que dijo estas palabras hace un par de años es el mismo que dio un revolcón al modelo económico del Fútbol Club Barcelona en 2003 y sacó a la compañía de tres años de déficit al liderar el llamado círculo virtuoso: juego atractivo con la pelotita y criterio empresarial.
Ferran Soriano (Barcelona, 1967), que dimitió del proyecto culé en verano junto a otros directivos tras un voto de censura de los socios, acaba de asumir la presidencia de Spanair, una aerolínea con un objetivo (ser rentable) y algo parecido a una misión (impulsar vuelos intercontinentales desde el aeropuerto barcelonés de El Prat), que le han encomendado el grupo de empresarios e instituciones catalanas que ha comprado la aerolínea. Dicen sus allegados que se ha propuesto aplicar a Spanair las mismas fórmulas comerciales, de marketing y de exigencia de costes con las que pilotó al Barcelona.
Hijo del dueño de una pollería, supo hacer dinero en el 'boom' tecnológico
Soriano, hijo de una peluquera y del dueño de una pollería en el barrio barcelonés de Poblenou, hizo fortuna en Brasil, y también en España, en plena efervescencia de las puntocom. Con un máster en dirección y administración de empresas (MBA) por la escuela de negocios Esade, fundó junto a otros socios una consultora de nuevas tecnologías, Cluster Consulting, que llegó a contar con 500 profesionales en varios países y vendió en 2000 con jugosas plusvalías. La primera Copa de Europa que ganó el Barça, en Wembley en 1992, le sorprendió precisamente trabajando en Brasil y lo oyó por teléfono, cuando llamó a un amigo que colocó el teléfono frente al televisor.
Hoy continúa interesado en las nuevas tecnologías: es socio de una firma capital riesgo, Nauta Capital, que invierte en tecnología y telecomunicaciones, y de una consultora de servicios de innovación llamada Node Capital.
Cuando, hace seis años, asumió la dirección del proyecto económico del Barça solía hablar de que llevaba a cuestas "una mochila económica", una deuda acumulada superior a 250 millones de euros, que logró reestructurar a largo plazo gracias a un crédito sindicado.
Spanair es una nueva mochila para Ferran, no tanto por su abultada deuda (que suma 400 millones de euros, pero se merendará el grupo SAS), sino porque lleva años en pérdidas y tendrá que levantar cabeza en un momento más que complicado para el sector de las líneas aéreas.
El socio 41.153 del Barça se enfrenta a una dura labor.
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