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Entrevista:Dinero & inversiones

Inflación o deflación

Existen fondos de renta fija cuyo rédito está ligado a la marcha del IPC

Juan Ignacio Crespo

Hay una clase de fondos de inversión de la que se habla muy poco: los que invierten en renta fija cuya rentabilidad está ligada a la evolución de la inflación (en España se distribuyen en este momento 17 fondos que unen a esa característica la de que los bonos en los que invierten están denominados en euros). Vincular la rentabilidad de los bonos a la inflación puede hacerse fundamentalmente por dos vías diferentes (o por una combinación de ambas): aumentando el pago de los intereses en la misma medida en que lo hace la inflación o manteniendo fijo el cupón que pagan, pero aplicándolo a un principal que crece o decrece al mismo ritmo que lo hacen los precios. En cualquiera de los dos casos, la inversión en esta clase de fondos es una manera de protegerse, siquiera parcialmente, contra la pérdida de valor adquisitivo que provoca el incremento de la inflación.

Los bonos ligados al IPC tienen una historia que se remonta a hace más de dos siglos, pero no empezaron a desempeñar un papel significativo hasta después de 1980, tras la negativa experiencia de la década anterior en que una inflación fuera de control dejó a los mercados financieros con un trauma que no habrían de superar hasta hace bien poco. Su principal ventaja es que quienes invierten en ellos saben el tipo de interés real que van a obtener de su inversión (el tipo de interés real es el resultado de restarle la inflación a los intereses que paga la emisión de renta fija de que se trate).

Los principales emisores de este tipo de bonos han sido los Gobiernos estadounidense y británico. Los emitidos por el Tesoro de EE UU suelen ser conocidos como TIPS, acrónimo de Treasury Inflation-Protected Securities.

Los fondos que invierten en bonos ligados a la inflación son en este momento una buena alternativa para quienes piensan que las inyecciones masivas de dinero que están realizando los Gobiernos en su intento por reactivar las economías terminarán provocando un fuerte repunte de los precios. Y, a la vez, no serían recomendables para quienes tengan el temor contrario: que la economía mundial haya entrado en un ciclo fuertemente recesivo en el que se producirán caídas de precios importantes. En ese caso, sería mejor invertir en fondos de renta fija convencional, a los que favorece tanto la reducción de la inflación como la caída de tipos de interés que normalmente lleva aparejada.

El debate entre ambas posiciones está abierto y los mercados en los que cotizan los bonos ligados a la inflación dan señales contradictorias para los diferentes plazos y países. Hay que tener en cuenta que parte de la rentabilidad de los fondos que invierten total o parcialmente en esta clase de bonos se quedará por el camino en forma de comisiones de gestión y de depósito que el fondo paga a su sociedad gestora. Aunque en este caso esas comisiones no sean particularmente elevadas: 0,88% de media para el TER (gastos y comisiones totales que cargan al fondo las gestoras de los 17 que se distribuyen en España). -

Juan Ignacio Crespo es director europeo en Thomson Reuters.

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