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Touriño: "Las elecciones vascas no suponen ninguna interferencia"

Quintana demanda que Galicia "vote a su presidente, no al de Euskadi"

El Consejo extraordinario de Gobierno celebrado ayer en la sede de la Lehendakaritza en Vitoria y la decisión de Juan José Ibarretxe de convocar los comicios para el 1 de marzo ha venido a trastocar los planes del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, partidario según ha repetido durante estas últimas semanas de que "Galicia tenga un escenario propio y vote en clave de país". Con esas dos premisas y una tercera -la aprobación de los presupuestos de la comunidad autónoma-, había anunciado el pasado 18 de diciembre a su propio Gobierno, al Parlamento y a los medios de comunicación que Galicia votará el primer domingo de marzo.

Touriño evitaba así la coincidencia con las elecciones europeas y se adelantaba además a la decisión del lehendakari para asegurarse un escenario electoral propio que impidiese "mezclar debates", dada la repercusión que para la política nacional siempre tienen las votaciones en Euskadi.

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Ante la sorpresa de casi todos ayer en la Xunta, Ibarretxe optó por hacer coincidir la fecha con Galicia también bajo el argumento de contar con unas cuentas aprobadas que permitan afrontar recetas contra la crisis en 2009. Pese a que la llamada a las urnas del lehendakari no ha sentado bien en el Gobierno gallego, fuentes próximas al presidente aseguraron que Touriño ni siquiera valoró la opción de aplazar los comicios, opción que cabría puesto que el presidente todavía ha de firmar el decreto de disolución del Parlamento y la convocatoria electoral. Ambos trámites los cubrirá el lunes según el calendario previsto.

Pese a todo, Touriño ratificó ayer la fecha y defendió que las votaciones en el País Vasco "no suponen ninguna interferencia" en el "espacio propio" de Galicia, que sí peligraría con las europeas. "Decidiremos autónomamente el mejor Parlamento y el mejor presidente", proclamó ante los medios en una visita al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago.

En ese diagnóstico coincidió el vicepresidente, Anxo Quintana, quien reivindicó mantener la fecha del primero de marzo aunque matizó que "lo importante es que todos tengan claro que las elecciones gallegas son únicamente eso: elecciones gallegas". De manera implícita el portavoz nacional del BNG reconocía uno de sus temores: que la política nacional se bipolarice con la campaña vasca y que eso pueda repercutir aquí. Por eso, Quintana remarcó que "Galicia no decidirá ni el presidente de Madrid, ni el de Euskadi".

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Menos comprensivo se mostró el Partido Popular, que nada más conocer la decisión del presidente vasco, se lanzó a la yugular de Touriño. A través de su secretario general, Alfonso Rueda, el PP acusó al presidente de "no pintar nada y de haber hecho el ridículo con su culebrón electoral". Los populares extendieron sus críticas a Quintana por su "nula influencia y su papel como figurante en el pacto de Galeuscat" que mantienen CiU, PNV y Bloque.

Pese a que entre los motivos que habrían decantado la decisión de Ibarretxe está, según algunas fuentes, su interés por reducir la presencia de los líderes nacionales en el País Vasco, en el PSOE aseguraron ayer que el anuncio del lehendakari no reducirá la ya limitada aportación prevista del presidente José Luis Rodríguez Zapatero a la campaña. En el PP dan por hecho que Rajoy se volcará en Galicia, donde tanto su partido como él mismo se juegan mucho más que en Euskadi.

Touriño, ayer, en su visita al laboratorio de radiofármacos.
Touriño, ayer, en su visita al laboratorio de radiofármacos.ANDRÉS FRAGA

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