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Reportaje:Especial Navidad

Con un sabor especial para el cliente

La Bretxa, la calle Dato o el Ensanche bilbaíno, referencias para ir de compras

El País

Cada una de las tres capitales vascas disponen de lugares emblemáticos para ir de compras, al igual que ocurre en las principales localidades de Euskadi. Quizá como reflejo inmediato dentro de un ramillete reconocido surgen las referencias del mercado de la Bretxa, en San Sebastián; la vitoriana calle Dato o el Ensanche bilbaíno.

BILBAO Pasear por el Ensanche

Junto a las tiendas de todo tipo de oferta aparecen bares y restaurantes
Las tres opciones elegidas se sitúan en zonas céntricas de su ciudad

Bilbao se ha reinventado a sí misma, aplicando una profunda revolución del diseño desde el convencimiento de presentarse ante el mundo con la pujanza suficiente. Y a la sombra del Guggenheim, especialmente, lo ha conseguido. Su proyección, sinónimo de atracción para el visitante, ha permitido el resurgimiento de espacios tradicionales. El Ensanche, emblema histórico de la capital vizcaína, se ha visto favorecido por la llegada de firmas de renombre internacional que han alentado a que el comercio antiguo recoja el guante de su innovación.

Incluida en la Guía Vuitton entre las 30 ciudades europeas más atractivas, Bilbao se ha visto favorecida por un concepto urbístico que facilita ir de compras a pie, en metro o en tranvía. Su arteria comercial más sugerente es la Gran Vía y la zona próxima a la plaza Moyúa, denominada la 'milla de oro bilbaína'. Ahí es donde se pueden encontrar firmas de reconocido prestigio internacional como Loewe, Gucci, Carolina Herrera, DKNY o la reciente Louis Vuitton. A este póker se unen El Corte Inglés con sus tres centros apenas distantes entre sí, Tous, Zara o Mango, entre otros. Y en las calles circundantes como Ercilla, Elcano, Marqués del Puerto o Máximo Aguirre podrá comprar en comercios tales como Juan Manuel, Smith&Smith, For o Itxaso.

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Pero mientras queda tiempo para visitar los comercios, siempre estará a mano una cafetería, un bar o un restaurante donde recobrar la energía suficiente. Alternativas válidas sin exigencias como Metro Moyúa o Elíptica, tras el pintxo en El Globo o Los Candiles abren paso hacia el Serantes o el Oteiza, quedando el trago largo para La Antigua Cigarrería o la tortilla del antiguo Kepa Landa.

SAN SEBASTIÁN Mercado de la Bretxa

El centenario Mercado de Abastos de la Bretxa en la parte vieja de San Sebastián ocupaba dos edificios históricos de la ciudad: el antiguo mercado central de la pescadería y el antiguo mercado de La Bretxa, separados por una plazoleta de unos 250 m2 en la que los "caseros" de la zona vendían sus productos.

La Gibraltar del Norte, como apodaban los ingleses a Donostia por su importancia militar, sufrió en 1813, con la guerra ya avanzada y con el dominio francés a punto de terminar, una invasión de las tropas angloportuguesas que consiguieron hacer una gran brecha en la muralla. De este agujero recibe su nombre el actual mercado, donde las baserritarras venden los productos típicos de la tierra.

Tras la construcción del Palacio del Kursaal y la remodelación del Boulevard donostiarra, dentro del plan de revitalización de la Parte Vieja, se vio como la Bretxa podría ser un nexo de unión entre estos dos espacios, constituyendo un nuevo eje urbanístico. La decisión de convertir los mercados de abastos en un nuevo Centro Comercial cumple a la perfección este cometido.

Los antiguos edificios, que mantienen sus hermosas fachadas y parte de la estructura original, albergan cines, comercios y bares que diversifican la actividad de la zona. Sin embargo, es la nueva estructura situada entre estos dos edificios la que permite conseguir el objetivo planteado, ya que sirve de acceso y comunicación entre todas las partes del conjunto del centro comercial permitiendo una circulación fluida entre ellos.

Mientras se tiene tiempo para divisar cada mañana los dos grandes escenarios tan antagónicos en cuanto a producto se refiere, queda a mano la tentación gastronómica de la Parte Vieja, empezando desde el Iturrioz, para caminar hacia el Ganbara o La Cepa, sentarse donde Bernardo o en Juanito Kojua antes de tomar la copa en El Museo del Whisky o en Dickens.

VITORIA Siempre la calle Dato

Aunque Celedón no tuviera su balcón mirando a la calle Eduardo Dato -Dato a secas- para iniciar su camino hasta la hornacina de la Virgen Blanca, esta conocida vía viene siendo desde décadas el punto de principal referencia de la capital alavesa. El concepto peatonal de su calzada ha permitido aglutinar en sus dos márgenes el latir de Vitoria. Y a pesar de que ahora los nuevos proyectos urbanísticos hagan presagiar un futuro halagüeño para otras zonas como Sancho el Sabio, Prado, Casco Viejo o Lakua, Dato siempre conservará su encanto y será el punto de encuentro permanente de miles de vitorianos.

Entidades bancarias, oficinas municipales, tiendas de calidad, bares y restaurantes, y hasta la propia Cámara de Comercio o un hotel se suceden en un ameno tránsito por una siempre concurrida calle peatonal.

Por si fuera poco, esta calle dedicada al histórico político ofrece la posibilidad de conocer dos esculturas muy populares en la ciudad de Vitoria como son El Caminante, aunque ubicada en San Prudencio, y El Torero. En el suelo de esta misma calle (junto a la tienda de ropa Pull & Bear) hay un circulo en el suelo que indica a cuantos grados, minutos y segundos Vitoria se encuentra del Meridiano Cero. El Caminante es una escultura de aproximadamente unos 3 metros de alto. Representa una persona que llega caminando a Vitoria y le ha gustado tanto que se ha quedado allí. El autor es Juan José Eguizabal.

Bien es cierto que sin una zona comercial definida, pero conservando el estilo propio, Datopropicia la alternancia de la compra. Se puede empezar a saborear la jornada en la célebre pastelería Goya, o reconocer la historia que atesora Cafés Eguía, antes de una parada rehabilitadora en los Casablanca.

Los caballeros pueden pasar por Dany como escaparate habitual, o Urzainqui, al igual que las mujeres por la sucesión de las joyerías de firma Perodri, Jolben o Anitua.

Dato deja tregua para probar el contenido de las barras como ocurre con el Saburdi o el recuperado Círculo Vitoriano, antes de llegar a sentarse en La Huerta. Quedará la copa para el Usokari, aunque cualquiera de los viandantes puede cruzarse con las ofertas de las vecinas calles San Prudencio, Geneal Álava o Manuel Iradier.

Escena típica de paseantes por la calle Dato de Vitoria, muchos de ellos con bolsas de compra.
Escena típica de paseantes por la calle Dato de Vitoria, muchos de ellos con bolsas de compra.L. RICO

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