El año de la sopas enlatadas en los hogares de EE UU
Campbell desafía con sus resultados la recesión económica
Los hogares de Estados Unidos están de ahorros por la recesión. Y si hay una compañía que sabe sacar tajada de la austeridad de las familias a la hora de manejar sus finanzas para llegar a fin de mes, ésa es la compañía Campbell, el mayor fabricante de sopas del mundo. Sus resultados trimestrales fueron mejores de lo esperado, de 260 millones de dólares.
Campbell es toda una institución. Sus sopas son consumidas por el 85% de los hogares. Y una superviviente. La compañía de Nueva Jersey, fundada hace 139 años, fue capaz de sacar tajada de los momentos más críticos de la historia, como las dos guerras mundiales y la Gran Depresión. "Las ventas de sopas siempre van bien en los malos momentos, cuando los consumidores miran más al valor del producto", señalan desde la compañía.
La demanda de sus latas es tan alta que Campbell se ha permitido el lujo de elevar su precio
Wall Street cree que la crisis favorece a la empresa que ayuda a los consumidores a reducir costes
Sólo hay que echar un vistazo a través de las cristaleras de los restaurantes en el Upper West Side de Manhattan para darse cuenta de que cada vez son más los clientes que se quedan en casa para cenar. Es una imagen que se repite por todos los barrios de la ciudad y de otros grandes núcleos urbanos de Estados Unidos, lo que acaba afectando claramente a la economía local.
Para ahorrar, optan por prepararse sus propias comidas, incluso para llevárselas al trabajo. Y esto favorece a los grandes nombres del negocio alimentario, como Campbell. Es el año de las sopas condensadas. La demanda por sus latas de 1,75 dólares es alta, y en este clima tan favorable se permiten, además, el lujo de elevar el precio para compensar el alza en las materias primas.
Los datos presentados el lunes por Campbell corresponden al primer trimestre de su ejercicio fiscal, que cerró el pasado 2 de noviembre. La compañía mantuvo prácticamente el mismo nivel de beneficio que en el mismo periodo del año anterior, cuando ganó 270 millones. Y esto ya es mucho a la vista del golpe de la recesión y la crisis financiera en otros sectores de la economía.
Los ingresos por la venta de la icónica lata roja y blanca de sopas subieron un 12% en Estados Unidos. En el caso de las sopas instantáneas, las más rentables para la compañía, subieron un 14%. La competencia es dura en este negocio y sólo hay que ver la publicidad agresiva que utiliza su rival General Mills para llamar la atención de los clientes hacia la marca de sopas Progresso.
Para aplacar daños, puso recientemente en las estanterías de los supermercados sopas más saludables bajo la marca Select Harvest. Campbell comercializa, junto a sus populares sopas, las salsas Prego y las galletas Pepperidge Farm. Las ventas totales de la compañía ascendieron a 2.250 millones, un 3% más que un año antes. A Wall Street le gusta la compañía, porque opina que la crisis favorece a empresas que ayudan a los consumidores a reducir costes.
La vulnerabilidad de Campbell está en el dólar. El repunte en el valor de la divisa estadounidense puede afectar a los beneficios para el conjunto del ejercicio, porque resta atractivo a sus exportaciones. Para el ejercicio 2009 espera una caída en las ventas en el extranjero, donde realiza el 30% de la facturación. Es una situación similar a la que se enfrentan otras multinacionales estadounidenses. -
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