_
_
_
_
_
Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Memoria de circo

La memoria se confunde. Se diría que el Circ Raluy lleva toda la vida ocupando el Moll de la Fusta por Navidad, y no es así: hace apenas 12 años. Tiempo suficiente, en todo caso, para que una generación de niños barceloneses -¡y de padres de niños barceloneses!- hayan construido su propia memoria circense al amparo de ese chapiteau.

Por si toda esta acumulación de pasado no bastara, el espectáculo que el circo presenta este año tributa dos homenajes históricos: al Teatro Circo Olympia, único caso conocido de circo estable en Barcelona, que estuvo activo entre 1924 y 1947, y a Charlie Rivel, de cuya muerte se conmemoran ahora los 25 años. Los Raluy, Luis y Carlos, no saben si Rivel llegó a actuar en el Olympia, pero sí les parece que lo hizo la troupe de los Andreu. Han reunido unas cuantas fotos, que se exponen a la entrada del recinto del Moll de la Fusta, de aquel local del número 18 de la Ronda de Sant Pau que abrió como "Gran Café Restaurante" pero que con el tiempo se especializaría en atracciones circenses y espectáculos de cabaret y deportivos, con primacía del boxeo, y que acabaría bajo la piqueta en 1947 para recuperar el hierro de los forjados.

Vuelve a Barcelona, fiel a la tradición, el circo Raluy. Y está vez se les suma el payaso Monti

Sí tienen acreditado los Raluy que en el Olympia se ofreció la Rueda de la muerte, un número que ellos recuperan en este espectáculo. Se trata de un ciclista acróbata que se pone a dar vueltas en el interior de un tronco de cono, formado con listones de madera, que es izado a varios metros del suelo mientras toma un arriesgado movimiento pendular, debido al impulso del propio ciclista. Ayer hubo un pase para la prensa. "Es un número que se había hecho mucho, pero que desapareció en Europa y se continuó haciendo en América. De hecho, es el antecesor del que luego se hizo con motos", explicaba Carlos Raluy. En Montjuïc, por la década de los setenta, había una de estas atracciones.

El fundador de la estirpe Raluy, Luis Raluy Iglesias, padre de Luis y de Carlos, había actuado en el Olympia antes de montar su propia compañía: un número de altura y otro en el que se convertía en bala humana y que, por cierto, le costó un accidente. A partir de ahí el fundador de la estirpe correría el mundo: el Olympia era una referencia internacional de calidad. Ahora hay un movimiento, liderado por Tortell Poltrona, que pretende recuperar el circo estable en Barcelona.

En el espectáculo del Moll de la Fusta que se estrena mañana interviene el payaso Joan Montanyès, Monti, hijo del director del Lliure fallecido hace seis años. Monti dedicará un homenaje a otro gran hito del circo catalán, Charlie Rivel, nombre artístico de Josep Andreu (Cubelles, 1896-Sant Pere de Ribes, 1983). Ayer no quiso desvelar en qué consistirá: si habrá silla o no, o si se pondrá a aullar. Y en ese momemento al cronista se le cruzó su propia memoria, también navideña, aunque no en el Moll de la Fusta, sino en La Monumental, que era donde la generación anterior al Moll de la Fusta iba al circo por estas fechas. El gran Charlie Rivel, enfundado en el ceñido camisón rojo, levantando una simple silla que naturalmente le caía sobre la cabeza, y él se ponía a llorar, ¡auuuuuuuu!; o indignándose con un espectador, al que le señalaba el camino de la salida sin mediar palabra, el brazo extendido, la nariz roja apuntando al cielo, y con eso elementos mínimos llenaba la carpa de puro teatro: la magia del circo, o de los ojos del niño que lo contemplan.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Los Raluy se han mantenido fieles a toda esta memoria local y familiar. No pretenden ser los más vistosos, ni los más audaces, que para eso ya está cierta multinacional canadiense. Tampoco incluyen ninguna referencia a la televisión, peligrosa deriva de muchos espectáculos de hoy día. Ellos paractican "un circo blanco, sin pretensiones", según lo definió ayer Monti. Un circo que huele a amor al oficio. No es ninguna casualidad que Joan Brossa siguiera tan atentamente el trabajo de esta troupe.

El payaso Monti, en su número en el Circo Raluy.
El payaso Monti, en su número en el Circo Raluy.TEJEDERAS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_