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Reportaje:

"No hay motivos para irme"

Schuster dice que está "alucinado" por la noticia de su despido

Eleonora Giovio

A pesar de que sus comparecencias ante la prensa duran como mucho cinco minutos, Bernd Schuster disfruta de ellas como un niño pequeño. Sentarse ante los medios se ha convertido en algo sádico para él: provoca, vacila, decide cuándo y a qué contestar, alterna silencios prolongados a pequeños suspiros y risas y, sobre todo, siempre tiene sus (no) respuestas preparadas. Es curioso ver que cuando cambia de mesa, como ayer en la comida organizada por Ramón Calderón en la ciudad deportiva con el resto de la plantilla, cuerpo técnico, y directivos, su rostro varía radicalmente. Se tensa y se muestra preocupado. Incluso respira hondo y mira hacia abajo -y eso que entre él y Mijatovic se sentó José Ángel Sánchez, director ejecutivo del Real Madrid-, cuando el presidente toma la palabra. "Somos unos privilegiados", exclamó Calderón. "No tenemos la varita mágica, es verdad, pero es que tampoco la necesitamos porque no estamos en ningún momento complicado".

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Si el presidente sufre un ataque de optimismo, debió pensar Schuster, por qué yo no. Y así, en el día en que el club está molesto con la federación portuguesa: primero por haberse llevado a Pepe a Brasil y, luego, por haberle hecho jugar 90 minutos a pesar del parte médico del conjunto blanco; en el día en que Cannavaro sale de la convocatoria a última hora por una contractura en el abductor, el técnico del Madrid salió luciendo su mejor sonrisa. No hay crisis, no hay momentos complicados, no hay nada, es más, dijo haberse echado unas risas con los amigos tras haber leído todo lo publicado por la prensa durante la semana -presuntos finiquitos y presunto ultimátum de Mijatovic-. "Estoy alucinando con la gente que es capaz de dar informaciones y noticias sin que luego pase nada. Me río con mis amigos de todo esto", espetó el alemán.

Debe de estar alucinado también con su situación y cuando niega la evidencia. El pasado domingo convocó un entrenamiento voluntario al que no acudió. En su lugar estaba el segundo entrenador, Manolo Ruiz. El lunes dio descanso. El martes, día siguiente a la rueda de prensa convocada por Pedja Mijatovic para pedir tranquilidad y calma, también delegó la sesión a su segundo. Estuvo encerrado en las oficinas de Valdebebas toda la mañana y no se dejó ver. "Yo he estado en todos los entrenamientos, como siempre", contestó ayer cuando le preguntaron por sus ausencias. Schuster rehuye. Cuando hay un problema, se escapa, es como si pensara que el tiempo lo solucionará todo. De no haber sido por los cuatro capitanes, que la semana pasada le pidieron una charla en el vestuario, él habría seguido con su plan y sus silencios prolongados.

"Tengo el apoyo del club, con eso me vale. No hay ningún motivo para que me vaya", comentó. La directiva y el presidente no tienen previsto prescindir del técnico alemán antes de que se celebre la asamblea de socios el próximo día 7, pero el mismo Mijatovic admitió que "en caso de que no se cumplan los objetivos, habrá que tomar medidas". El primer objetivo es ganar hoy al Recreativo. ¿Teme que sea su último partido en caso de resultado negativo?, le preguntaron a Schuster. "¡Si fuera por ustedes [referido a los medios] sí! Si es por el club, me quedo un poco más de tiempo".

Bernd Schuster.
Bernd Schuster.AFP

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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