Luz sobre la oscura Barcelona de 1938
23 historiadores analizan en la Casa Golferichs el año crítico de la guerra
El cielo cayó sobre Barcelona en 1938. Empezó justo por arriba: bombardeos fascistas y una masacre con 670 muertos, 1.200 heridos y un centenar de edificios destruidos; en abril, Lleida pasaba a manos franquistas: la guerra en casa. La contraofensiva de Teruel encalló; la batalla del Ebro sería un efímero amago. En la capital catalana, hay colas para todo, cuando no hay nada excepto hambre, y el mercado negro está más oscuro que nunca: las radios del otro lado anuncian que, cuando entren, aceptarán sólo los billetes del Banco de España de antes de la guerra, por eso los vendedores exigen ya "los de serie", constató Maurici Serrahima en sus memorias. Mientras, el Gobierno central, como el vasco, está instalado en Barcelona ("la España blanca nos tomará como punto de mira de sus ataques", teme Raimon d'Abadal i Calderó) y el jefe deL Gobierno, Juan Negrín, promueve un mando unificado para resistir: los choques con la Generalitat serán infinitos...
Ése es el caldo de cultivo de ese dramático año, el que, desde hoy y hasta el jueves, desmenuzarán 23 historiadores en la barcelonesa Casa Golferichs bajo el epígrafe Barcelona, 1938: capital de tres governs. Enrique Moradiellos, Ricard Vinyes, François Godicheau, Manuel Aznar, María Campillo y Jon Kortazar, entre otros, arrojarán luz a "un año muy complejo y del que hay cierto vacío bibliográfico, que suele saltar de los fets de maig de 1937 a la caída de Barcelona en 1939", apunta el historiador Francesc Vilanova, miembro de la comisión organizadora, en la que intervienen la Fundación Carles Pi i Sunyer, el Ayuntamiento y el Centro de Estudios sobre las Épocas Franquista y Democrática de la Universidad Autónoma de Barcelona.
"El entusiasmo revolucionario se había acabado del todo, incluso empieza a ser difícil llenar de gente los mítines de los partidos; se trataba ya de sobrevivir", enmarca Vilanova. Y a pesar de todo ello, "funcionaban 11 teatros, abarrotados de gente (...), y en junio tuvo lugar el Día del Libro con proyección tan popular que nunca se ha repetido en tiempos de paz. El récord de ventas lo tuvo Calderón de la Barca", evocó Teresa Pàmies en su Quan érem capitans. "Es la cultura como algo indispensable para mantener la retaguardia", explica Vilanova.
Cine y facsímil
La complejidad del momento ha comportado la amplitud temporal y temática del simposio: "No es sólo para especialistas y, además, se aborda todo: los bombardeos, la gestión cultural, la represión, la política...", enumera Vilanova.
Documentales de la época (mañana, 20.00 horas, en la Filmoteca) y una edición facsímile de los 18 números de la revista Amic, que el Departamento de Cultura editó en 1938 para los soldados en el frente, trufan unas jornadas que tendrán conmemoración ciudadana el día 25 en el Saló de Cent del Consistorio.
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