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Cumbre en Washington | Los efectos prácticos

Bruselas será flexible con las decisiones de los Estados

La Comisión Europea estudia medidas de emergencia para salvar la economía real y que, de forma coordinada y dinamizada por Bruselas, serán adoptadas y aplicadas con un amplio margen de maniobra por los Estados miembros. Según el Ejecutivo comunitario, "todos los países se verán afectados, aunque de distinta manera y en diferente grado". Por ello, se propone ser flexible a la hora de contemplar potenciales extralimitaciones del 3% de los déficits nacionales.

Los expertos de la Comisión aún no tienen maduras las ideas que presentarán el próximo día 26 en Bruselas, según una fuente de la Comisión. Éstos deben dar contenido a las grandes líneas de acción presentadas hace unos días por José Manuel Durão Barroso, presidente del Ejecutivo comunitario, y su responsable de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia.

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Además de consolidar los planes para crear una nueva arquitectura en los mercados financieros a escala comunitaria, el énfasis de los trabajos está dirigido a aminorar el impacto de la crisis sobre la economía real, que inevitablemente se reflejará, según el diagnóstico de la Comisión, en un incremento de las tasas de desempleo y en una reducción de la demanda de bienes y servicios para compañías de cualquier tamaño.

Políticas fiscales

En este sombrío panorama, los expertos ven una gran oportunidad en la inflación, que da muestras de estar aflojando. Esto permitiría poner en marcha políticas fiscales y monetarias que sostengan la desfalleciente demanda, a pesar de generar un cierto riesgo para el objetivo estructural de mantener el déficit por debajo del 3%. Sin embargo, puesto que las circunstancias son excepcionales, se aplicará el principio de tolerancia. "Se hará una clara distinción entre las consecuencias derivadas de errores políticos y las del plan de rescate", indican desde la Comisión.

El Ejecutivo europeo también se propone acelerar el empleo de los 350.000 millones de euros acordados del Fondo de Cohesión hasta 2013 para proyectos de inversión. Bruselas tratará de identificar junto a los Gobiernos proyectos de infraestructuras (transporte, energía y redes de alta tecnología) y pedirá al Banco Europeo de Inversiones que acelere la financiación de programas que estén relacionados con el cambio climático y la seguridad energética.

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