_
_
_
_
Reportaje:Segunda División

Botellazo a Lillo en Anoeta

El impacto de una lata deja conmocionado al técnico en el Real Sociedad-Eibar, que fue suspendido - Grave lesión de Díaz de Cerio

Un objeto lanzado desde la grada por un aficionado realista, una lata de refrescos dirigida contra el árbitro de la contienda, el castellano-leonés González González, no sólo no impactó en su objetivo sino que fue a impactar en la frente del técnico local, Juanma Lillo, quien, conmocionado, quedó tendido sobre el piso durante unos segundos tan eternos como angustiosos. Ubicado apenas a un palmo del entrenador, González González pudo comprobar cómo un hilo de sangre brotaba de la frente del técnico guipuzcoano, momento en el que decretó la suspensión definitiva del derby guipuzcoano que enfrentaba a la Real Sociedad con el Eibar, un partido al que, pese a encontrarse en el minuto 95 de juego, aún le restaban por disputar un par de minutos de prolongación. El agresor fue identificado y detenido por la Ertzaintza. Lillo, que recibió unos puntos de sutura en la frente, se recuperó en unos pocos minutos y pudo ofrecer la tradicional rueda de prensa posterior al partido. En ella cargó contra el colegiado, no porque esquivase el objeto lanzado desde la grada sino porque su actuación resultó desastrosa.

Más información
Multa de 6000 euros al agresor de Juanma Lillo

Unos minutos antes de vivir tan triste colofón, y como demostración empírica de que todo son penurias en casa del pobre, el partido ya había quedado tristemente deslucido por la gravísima lesión del goleador local, Iñigo Díaz de Cerio. Tras recibir una patada del portero eibarrés -acción merecedora de roja directa que el colegiado ni siquiera sancionó como falta-, el delantero apoyó su pierna derecha en tan mala postura que ésta se partió en dos, como una tabla, al fracturarse la tibia y el peroné. La imagen del jugador sentado sobre el césped, angustiado y aterrorizado, solicitando auxilio al contemplar su deformada extremidad, causó una honda conmoción entre los 19.000 hinchas que poblaban las gradas de Anoeta.

Arriba, Lillo es atendido por las asistencias. Abajo, Díaz de Cerio tras sufrir su grave lesión.
Arriba, Lillo es atendido por las asistencias. Abajo, Díaz de Cerio tras sufrir su grave lesión.JESÚS URIARTE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_