_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los ojos de la oveja negra

La última película de ficción de Jonathan Demme, tras sus ya algo lejanas incursiones en el arte del remake que nadie había pedido, parece subrayar con algún que otro aspaviento su forzada condición de regreso a un territorio autoral que -por lo menos, en la opinión de este crítico- nunca estuvo ahí. El espectador que no sucumba al encanto del estirado drama coral puede entretenerse extrayendo conclusiones diversas: a) que hay algo peor que ser invitado a una boda española: ser invitado a una boda multicultural estadounidense donde casi todos ejercen de vocacionales cómicos de micrófono; b) que las claves del Dogma, que nacieron -allá por Los idiotas (1998)- como eficaz revulsivo, acaban espoleando a los actores para que se crispen como argentinos en un psicodrama y c) que la sombra de Un día de boda de Altman debe de ser tan alargada que aún hay quien tropieza en ella.

LA BODA DE RACHEL

Dirección: Jonathan Demme.

Intérpretes: Anne Hathaway, Rosemarie DeWitt, Debra Winger, Bill Irwin, Mather Zickel, Tunde Adebimpe.

Género: drama. EE UU, 2008.

Duración: 113 minutos.

La boda de Rachel propone a la oveja negra de todo núcleo familiar como mirada privilegiada para delatar la disfuncionalidad intrínseca al grupo: un grupo que siempre establece de manera tan arbitraria como interesada su íntimo baremo de lo normal. La oveja negra en este caso es Kym (Anne Hathaway), la hermana pequeña con permiso temporal en sus curas de desintoxicación que, al desembarcar en plenos preparativos nupciales de Rachel, no hará otra cosa que sufrir una experiencia de extrañamiento tras otra. Por supuesto, planean sobre la reunión los ecos de una vieja tragedia familiar que se desvelará en un momento catártico.

Demme, posiblemente el menos interesante de los directores de la escudería Corman que subieron a primera división, mueve su cámara pos Dogma con el tembleque acorde a la inestabilidad anímica de su protagonista, creada por la pluma de Jenny Lumet y encarnada por la Hathaway con la neurótica energía de quien no quiere volver a participar en ninguna secuela de Princesa por sorpresa.

De izquierda a derecha, Anne Hathaway, Tunde Adebimpe, Rosemarie DeWitt y Mather Zickel, en <i>La boda de Rachel.</i>
De izquierda a derecha, Anne Hathaway, Tunde Adebimpe, Rosemarie DeWitt y Mather Zickel, en La boda de Rachel.
Vídeo: SONY
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_