Pacha abrirá una discoteca en Bilbao
La firma de ocio nocturno ha concedido una licencia por tres años - El local, en la céntrica calle Luis Briñas, está ya en obras y será inaugurado en febrero
Las dos cerezas de Pacha, icono universal de la música y la diversión discotequera con un toque de distinción, llegarán el año próximo al País Vasco. La factoría internacional que surgió de las noches locas de Ibiza aterrizará en Bilbao en febrero. Pacha, que explota su negocio en régimen de franquiciado, ha concedido una licencia para los tres próximos años a Javier Larrea, empresario bilbaíno que lidera un grupo aún no cerrado de inversores, entre los que se hallarían conocidas personalidades del deporte vizcaíno.
Los promotores, diez socios, prevén una inversión de 1,2 millones
La ubicación elegida por Larrea para su proyecto no es casual. Frente a otras ofertas de ocio masivo, que buscan grandes pabellones en el extrarradio, el grupo que lidera buscó un lugar privilegiado en el centro de Bilbao, y lo encontró en el número 17 de la calle Luis Briñas, a medio camino entre la estación de Termibus y el estadio de San Mamés, frente al acceso principal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, en el local que hasta el año pasado ocupó la cervecería La Riza. Las obras de acondicionamiento comenzaron hace unos días, y estarán finalizadas a finales de 2008 o a comienzos de 2009. Su inauguración está prevista para febrero. "Podíamos haber forzado los plazos y abierto en diciembre para coger el golpe bueno de las navidades, pero ése no es nuestro estilo. El signo distintivo de Pacha es la calidad, y la formación de nuestro personal requiere de un proceso y de un tiempo. No vamos a abrir de cualquier manera, sino por todo lo alto", informó ayer a este periódico uno de los impulsores del negocio.
Inicialmente, Pacha ha concedido al proyecto bilbaíno una licencia por tres años. Sus promotores harán frente a una inversión inicial de 1,2 millones de euros, y están convencidos de rentabilizarla. "Pacha ofrece un producto y un servicio del que hoy carece Bilbao. Que nadie piense que vamos a ser la típica discoteca con bafles inmensos, un ruido insoportable y llena de críos. Más que una discoteca, nuestro local será un club. Buscamos un público mayor de 28 años que a partir de cierta hora no tiene hoy adónde ir. Aquí podrá venir a tomarse el mejor combinado o una copa de champán, y lo hará sentado en un reservado con su pareja o cuadrilla, en la barra o en la pista de baile, mientras disfruta de un espectáculo único de música, baile, luz, sonido y sensualidad", anuncia el citado portavoz. Pacha Bilbao ofertará varios espacios, que se habilitarán en función de la hora del día y del día de la semana. Así, lo que por la mañana pueda ser una cafetería, por la noche será un escenario, o un trapecio, o una jaula, o una plataforma.
Los promotores de Pacha Bilbao aseguran que gran parte de su inversión será destinada a la insonorización del local, pues éste se ubicará en los bajos de un gran edificio de viviendas. También afirman disponer de todas las autorizaciones municipales de apertura y explotación del negocio. Asimismo, aseguran que los contactos mantenidos con los vecinos han resultado satisfactorios para los intereses de una y otra parte. "Les hemos explicado nuestro proyecto, han visto que no les vamos a montar bajo sus casas la típica discoteca de chunda-chunda y les ha gustado lo que han visto. Además, aún está abierto el plazo para la presentación de alegaciones. Para nosotros, mantener una buena relación y una fluida comunicación con los vecinos es una de nuestras prioridades", aseguran.
El imperio de lo selecto
"Ganarás tanto dinero que vivirás como un pachá". Cuenta la leyenda que ese augurio, emitido por su esposa a Ricardo Urgell, dio nombre al imperio de las dos cerezas. Tenía 29 años este barcelonés, que había abandonado sus estudios de arquitectura, cuando abrió el primer Pacha, el de Sitges. Fue el 22 de julio de 1967 y la primera caja fue de 34.400 pesetas. Le seguiría, seis años más tarde, el Pacha de Ibiza, la joya de la corona, una típica casa ibicenca que se puso en marcha con apenas unas neveras y un rudimentario equipo de música: hoy consta de cinco salas, veinte barras, una terraza, dos restaurantes, una piscina y un jardín, y es el buque-insignia del glamour, el hedonismo y la sensualidad que identifican a Pacha. La firma tiene 22 salas de fiesta -diez en España-, restaurantes, tiendas de ropa y joyas, una discográfica, un hotel, una revista, una emisora de radio, una televisión y un perfume.
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