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Análisis:La coyuntura económica
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La crisis como oportunidad

No hay duda de que el frenazo de la economía está siendo mucho más brusco de lo que la mayoría de los economistas pensábamos hace un año. Cada nueva estimación de crecimiento real del PIB resulta sustancialmente inferior a la anterior. ¿Nos encontramos realmente, como algunos agoreros adelantan, ante la crisis económica más grave atravesada por la economía en los últimos 30 años?

A diferencia de las crisis de 1975-85 o de comienzos de los noventa, ésta no es una crisis provocada por una falta de competitividad del tejido productivo vasco, cuya superación pasa ineludiblemente por cierres de empresas, despidos masivos, congelación salarial,... La rentabilidad de las empresas industriales españolas y vascas seguía siendo claramente positiva en el primer trimestre del año, y superaba netamente al coste de los recursos ajenos. Y, lo que es más importante, por su carácter estructural, la productividad de las empresas industriales vascas supera actualmente la de las empresas de la UE-15, señal de que, aunque sin basarse demasiado en ciencia y tecnología, poseen una notable capacidad de innovación (¿qué es, si no, la capacidad de crear más valor por empleado?).

La crisis del sector de la construcción pasa por un reajuste natural
Resulta evidente la oportunidad que la coyuntura actual ofrece
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Entonces, ¿qué es lo que está detrás de esta crisis? Además de ser lógico que, tras 14 años de notable crecimiento, la economía se tome un respiro (las economías vascas y española no han conocido nunca un ciclo expansivo tan largo como el habido desde 1994), ha habido tres claros acontecimientos que han actuado como desencadenantes del cambio de tendencia: el endurecimiento de las condiciones de financiación, el agotamiento de la expansión del sector inmobiliario y el encarecimiento de la energía y materias primas.

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El primero ha sido ocasionado, fundamentalmente, por el descontrol habido en el sistema financiero estadounidense. Resulta curioso que cada vez que un sistema financiero se pone de moda y se exhibe como modelo a imitar, su economía se hunda en una crisis ligada a tal sector: le pasó a Japón en los noventa y le pasa ahora al modelo anglosajón. No parece, en cambio, que el sistema financiero vasco o español se encuentren con problemas de eficiencia semejantes a los de aquéllos. El problema aquí es más fácil de resolver y pasa, entre otras cosas, por un comportamiento más flexible de las autoridades monetarias de la zona euro. Esta es una variable sobre la que hay poco margen de actuación en Euskadi, salvo quizá aprovechar el contexto como oportunidad para adoptar una medida que, con crisis o sin crisis, habría que haber adoptado por razones de eficiencia y competitividad futura: la fusión de las cajas vascas.

La crisis del sector de la construcción pasa por un reajuste natural: precios a la baja y paralización durante un tiempo de la construcción de vivienda. Cuanto más brusco sea ese ajuste, antes se producirá la recuperación. Resulta obvio que en el futuro seguirá existiendo el sector de construcción en el país: seguirá habiendo demanda y la oferta será de carácter local. Nuevamente, la existencia de recursos ociosos puede contemplarse como una oportunidad para acelerar los planes de desarrollo de las infraestructuras en Euskadi (especialmente, la Y ferroviaria), tan necesarias para la conectividad y competitividad futura de nuestra economía. Además, la existencia de importantes superávit presupuestarios en años previos permiten que la Administración vasca tenga cierto margen para amortiguar los efectos más indeseables de la caída de actividad en el sector.

Tercero y último, la contradicción inherente entre un crecimiento económico no restringido a unos pocos países, sino que incluye a partes importantes de la población mundial como son China y la India, y la relativa inelasticidad de la oferta de recursos energéticos y de materias primas es el componente de la crisis actual de más difícil resolución. Ciertamente, en la medida en que la economía entra en crisis, esa contradicción se atempera, pues el menor crecimiento comporta menos consumo de energía y de materias primas. Pero la salida de la crisis volverá a agudizar dicha contradicción. De nuevo, dejando a un lado actuaciones más estructurales que puedan ir adoptándose para ir educando a la sociedad para un cambio de los modelos de crecimiento y de consumo y moviéndonos más en el ámbito de las actuaciones inmediatas, resulta evidente la oportunidad que la coyuntura actual ofrece para el reforzamiento y explotación de sinergias de todos los clusteres de Euskadi ligados con la energía (especialmente, de las renovables), el medio ambiente y la logística y el transporte.

Mikel Navarro Arancegui es catedrático de Economía de la Universidad de Deusto e investigador del Instituto Vasco de Competitividad.

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