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Reportaje:

Enjambres de medusas al acecho

El año lluvioso las ha mantenido a raya, pero ya se concentran frente a las playas

Las medusas están ahí. A pesar de que aún no han llegado de forma regular a las costas, los enjambres siguen su ciclo vital mar adentro. Un reciente crucero coordinado por Greenpeace en el que han participado científicos del Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha confirmado que siguen presentes en gran número en mar abierto. La primavera lluviosa las ha mantenido por ahora a raya, pero, como ha dejado de llover, volverán a acercarse a los bañistas.

"Hemos podido detectar hasta cuatro inmensos bancos de Pelagia noctiluca, la medusa lila, alrededor del archipiélago balear", comenta la doctora Dacha Atienza, del Instituto de Ciencias del Mar, embarcada para hacer un seguimiento de las poblaciones más allá de la plataforma continental. "Sobre todo, la zona del canal de Menorca y las partes norte y sur de la isla tienen densidades de unos 8 a 15 individuos por metro cuadrado, avistados desde la superficie", añade. Son densidades muy elevadas.

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La travesía, realizada entre el 9 y el 18 de julio, ha puesto de relieve que esa zona es particularmente propensa a las grandes concentraciones de estos cnidarios. "En la zona del canal de Mallorca estuvimos navegando unas seis horas en las que observamos de forma ininterrumpida medusas". Sin embargo, los avistamientos en las playas todavía son irregulares. "Lo que pasa es que la abundancia de lluvias primaverales ha proporcionado agua dulce suficiente para retenerlas fuera de la costa durante más tiempo que otros años", indica Atienza.

El agua dulce es uno de los factores clave que contribuyen a la retención de estos animales fuera de los arenales. La lluvia, al desembocar en el mar a través de ríos y rieras, forma una barrera invisible, el frente salino. "Es como un muro que retiene a muchos organismos pasivos como las medusas, aquellos que se mueven gracias a las corrientes marinas", dice el profesor de Investigación Josep María Gili, del ICM-CSIC. Él dirige el programa de seguimiento de medusas en la costa catalana llevado a cabo con la Agencia Catalana del Agua (ACA), uno de los pocos que se realizan en territorio español.

"Sabemos poco de las medusas, y necesitamos la información para poder dar herramientas de previsión más precisas". Estas herramientas constan de dos partes: los estudios a pie de playa (cercanos a las zonas costeras) y los realizados mar adentro, por buques oceanográficos. "Por desgracia, con los cambios del Ministerio de Medio Ambiente y el intervalo invernal, el Plan Medusa que habíamos pactado no se ha activado todavía. En ese proyecto estaban contempladas las campañas oceanográficas". En invierno, la gente no llega a las playas, pero las medusas están presentes, aunque sin observadores directos. "Lo importante es que podamos hacer nuestro trabajo durante todo el año, siguiendo en mar abierto los enjambres de medusas". Además de medusas, los científicos han pescado otro componente esencial que permitirá comprender el impacto de estos seres gelatinosos en el ecosistema pelágico: las larvas de pez.

"Las medusas comen también larvas de pez", comenta la doctora Verónica Fuentes, del grupo del profesor Gili. "Lo que no sabemos es en qué número ni cuál es el impacto real de las poblaciones de estos cnidarios sobre los nuevos reclutas del pescado". Entre otras, han encontrado larvas de escómbridos. Estos peces (atunes, bonitos, caballas) son un factor regulador esencial, porque se alimentan en su vida adulta de medusas.

La sobrepesca los está haciendo mermar de tal manera que su capacidad reguladora se ve comprometida. "Por primera vez podremos comprobar la conexión directa entre estos peces en sus primeros estadios de vida y las medusas", añade Fuentes. En este caso, el pez se muerde la cola: la sobreexplotación pesquera hace disminuir los depredadores de medusas (los peces), que a su vez se comen las larvas de esos peces. Para colmo, al no haber tanto pescado, el zooplancton compuesto de pequeños crustáceos (y base de la dieta de muchos peces) también está disponible para las medusas, que crecen y se reproducen mejor.

La 'portuguesa' más peligrosa

Algunos componentes del zooplancton son muy buenos capturando larvas de pez. Es el caso del sifonóforo recientemente avistado en las costas cantábricas, Physalia physalis (la carabela portuguesa), que activó las alertas durante algunos días este verano.

En realidad no es una medusa propiamente dicha, sino un conjunto de pólipos que viajan por superficie gracias a un pequeño flotador y a una vela en la parte superior.

"El número de células urticantes en sus tentáculos es mayor y su veneno más potente", recalca Verónica Fuentes, del Instituto de Ciencias del Mar. Si se suman sus largos tentáculos, se convierte en una de las especies más peligrosas. En casos excepcionales incluso ha provocado la muerte. "Por eso hay que tener mucho cuidado y respetar los avisos de las autoridades", advierte la experta.

Su presencia ha sido detectada desde el comienzo del verano en diversos puntos de la costa cantábrica. Tres bañistas fueron atacados por ella en Guipúzcoa a finales de junio, y uno más en la playa de Isla, en Cantabria. Tres de ellos fueron trasladados a centros hospitalarios sin que presentaran lesiones de gravedad.

Barrido de la costa

- Cataluña. Las medusas han hecho acto de presencia sin provocar inconvenientes. La semana pasada, las playas de Barcelona izaron dos días la bandera amarilla por la presencia de estos organismos. Lo peor, según la Agencia Catalana del Agua (ACA), está por llegar: la plaga se prevé igual a la del verano pasado, cuando más de 14.000 personas fueron atendidas por sus picaduras.

- Andalucía. En las costas mediterráneas de Málaga, Almería y Granada, las medusas (o aguamalas) no han llegado este año todavía más que de forma puntual. Hay muy pocas y son pequeñas, lo que ha echado por tierra incluso la intención del Gobierno chino de comprar las medusas para su consumo.

- País Vasco. Además de las clásicas picaduras de medusas, en las últimas semanas se han registrado tres ataques de carabela portuguesa. Un total de 30 ejemplares han sido retirados de la costa guipuzcoana.

- Comunidad Valenciana. Se ha detectado una presencia de medusas por encima de lo habitual en dos localidades de Alicante. En Punta del Raset, en Dénia, se contabilizaron 44 picaduras el sábado, 64 el domingo y 61 ayer, según datos de Cruz Roja. Tanto el domingo como ayer acabó cerrándose esa playa al baño ante el número de afectados. En el Arenal, en Xàbia, también se detectó ayer la presencia de estos invertebrados, que causaron molestias a los bañistas.

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