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La primera gran protesta ante la crisis

La huelga se atrinchera en el puerto

El puerto de Valencia se convirtió ayer en la resistencia de los huelguistas. No estaban dentro. Y fuera, sin sus camiones, no podían frenar cualquier entrada o salida custodiada por Guardia Civil y vigilada por Policía Nacional. Pero, salvo dos excepciones, no hubo movimientos a pesar de que la dirección del puerto aseguró que todo estaba preparado para operar y que la Delegación del Gobierno garantizaba la seguridad. La asociación de camioneros autónomos Transcont, que agrupa a un millar de transportistas autónomos de contenedores que operan en el puerto, ganó el pulso y logró retrasar la normalidad.

Por la mañana, poco después de las 13.00, un convoy de 14 contenedores de Acciona con carga de Mercadona cruzó la entrada bajo custodia. Por la tarde, media docena de camiones entraron para cargar piensos. Sin embargo, varios camiones con fruta que quisieron entrar por el acceso de Natzaret, sin escolta, tuvieron que darse la vuelta por la acción de los piquetes. Mercadona preparaba al cierre de esta edición un convoy de 15 camiones para que entraran custodiados.

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El movimiento habitual, según el puerto de Valencia, es de 3.900 camiones con contenedores al día. El presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Aznar, sin embargo, no supo explicar ayer cuántos contenedores podía haber acumulados en el puerto. Asimismo, se mostró "incapaz" de evaluar cuándo se podría producir el colapso de la instalación ante la falta de rotación de mercancía, aunque convino que podía ser "muy grave".

A primera hora de la mañana de ayer, la otra asociación que opera en el puerto, ELTC, anunció que abandonaba el paro. Mediterranean Shipping Company (MSC), naviera que gestiona más de la mitad del tráfico de contenedores a través de dos de las terminales portuarias, puso en marcha la contratación, los camioneros no aparecieron. Según fuentes de la asociación, no tenían garantizada la seguridad. Extremo que negó Delegación del Gobierno.

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De fondo, el enfrentamiento entre asociaciones por el control del negocio que genera el puerto y antecedentes de conflicto, alguno de ellos en sede judicial. Cinco de los que fueran directivos de Transcont hasta el pasado enero, cuando fue elegido presidente Javier Gimeno, están imputados junto a otros cuatro camioneros por, según la Fiscalía, un delito de asociación ilícita, un delito continuado de amenazas y coacciones, y dos faltas de lesiones. En marzo de 2005, en otro conflicto laboral, en el que 40 vehículos fueron quemados en Valencia, siete camioneros de Fenadismer (Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España) denunciaron que 30 personas irrumpieron en su asamblea y hubo enfrentamientos físicos. Nueve fueron procesados. Gimeno expresó ayer su asombro ante la descripción de normalidad desde las instituciones "cuando está claro que aquí no está entrando ni saliendo nadie, los camiones no vienen porque la huelga no se ha acabado, no somos tan minoritarios, esa es una de las mentiras".

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