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Una banda de 'narcos' utilizaba seis aviones para traficar con hachís

Un piloto de Iberia dirigía la red, que disponía de armas de asalto

La banda mantenía un puente aéreo para importar hachís desde Marruecos. Los detenidos usaban dos pequeños aeródromos de Huelva, además de pistas forestales de la provincia, para realizar las descargas de droga. El líder de esta red de presuntos narcotraficantes aéreos es un experimentado piloto de Iberia, afirman fuentes de la Guardia Civil. Junto al cabecilla, la Guardia Civil ha detenido a otras 11 personas en una operación bautizada como Ládano y que se ha desarrollado en Madrid, Huelva, Sevilla y Cádiz. Los agentes han intervenido seis aviones y numerosas armas, algunas de ellas de asalto, así como vehículos y objetos de lujo.

La banda planeaba empezar con el tráfico de cocaína desde Colombia

Los detenidos usaban como base los aeropuertos de Trebujena (Cádiz) -donde se intervino un avión King Air, otro Pipper Navajo y un Cessna 206-; y de Évora (Portugal), donde se incautaron de tres aeroplanos Cessna. Los seis aparatos estaban matriculados y tenían toda su documentación en regla, afirman fuentes de la Guardia Civil.

Los traficantes volaban hasta Marruecos, donde cargaban la droga y regresaban a España. Antes de retornar a sus dos bases, los aparatos paraban en Huelva -en los aeródromos de Gibraleón o Niebla; o en alguna pista forestal- donde entregaban el cargamento de hachís. En el momento de su detención, la banda acababa de comprar nuevos aviones y planeaba dar el salto al tráfico de cocaína desde Colombia -donde ya tenían los contactos adecuados- utilizando el mismo sistema y ruta. Fuentes cercanas al caso creen que la banda funcionaba desde hace un año.

Las detenciones de los narcotraficantes aéreos se produjeron el martes y el miércoles de la semana pasada. El presunto líder es un piloto de Iberia que responde a las iniciales de J. G. M, de 58 años, vecino de Pozuelo de Alarcón y sin antecedentes penales. Todos los detenidos son de nacionalidad española, a excepción de S. F. R, un piloto colombiano, residente en Umbrete (Sevilla). El resto de de la banda incluía a J. R. M., lugarteniente del cabecilla y también piloto y vecino de Lebrija -aunque fue detenido en Pozuelo-; A. V. V. y J. V. V., dos hermanos que eran trabajadores del aeródromo de Gibraleón; y J. C. O., asesor fiscal especializado en el blanqueo de capitales, vecino de Arcos de la Frontera (Cádiz).

Debido a la complejidad de la operación policial, participaron unidades de la Guardia Civil de las provincias afectadas, así como con el Grupo de Blanqueo de Capitales de la Unidad Central Operativa. Todos ellos actuaron bajo la dirección del Juzgado de Instrucción 4 de Huelva.

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En los registros domiciliarios de Madrid, Cádiz y Sevilla, la Guardia Civil incautó un verdadero arsenal de armas de fuego: dos fusiles de asalto (un Kalashnikov y otro de fabricación suiza); tres subfusiles ametralladores; seis pistolas (algunas provistas de silenciadores); dos revólveres; tres escopetas del calibre 12; dos rifles de diversos calibres; y tres armas de avancarga.

Además, los agentes encontraron numerosos cargadores y abundante munición. Junto a las armas, los guardias incautaron 16 vehículos de alta gama (que incluyen modelos de Mercedes Benz, Porsche, BMW, entre otros), cuatro motocicletas de gran cilindrada, 210.000 euros, 1.660 dólares, 250.000 pesos colombianos, joyas y material informático.

Estas detenciones suponen el final de una operación que ha durado seis meses y cuya primera fase se inició en noviembre, cuando un grupo de investigación de la Guardia Civil del puerto de Huelva supo que varios narcotraficantes introducían hachís desde África hasta España.

Esa primera fase de la operación culminó en febrero, cuando se detuvo en la provincia de Sevilla de los españoles J.P.T., de 40 años; F.J.P.T., de 34 años; M.D.D., de 32 y de los franceses A.H.,de 34 y S.L., de 32. Asimismo, se desmanteló un laboratorio donde la droga era molida y mezclada con productos químicos para hacerla indetectable ante de posibles controles policiales. A ellos se les incautó 400 kilos de hachís introducidos por la organización desde el aire. Además se incautaron cinco vehículos. Un mes después fue detenida en Sevilla la mujer C.P.G. por colaborar con la banda. En el momento de su detención se le intervino cuatro kilos de hachís y 30.000 euros.

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