Guardias civiles fabricaron el caso contra una clínica abortista

Agentes de la Guardia Civil fabricaron el caso contra la clínica Isadora de Madrid, autorizada para la práctica de abortos, según el sumario que se sigue contra la misma, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) desobedecieron a un juez que desestimó el caso y ocultaron información a otros dos para llevar adelante su cruzada contra la clínica.

Agentes de la Guardia Civil fabricaron el caso contra la clínica Isadora de Madrid, autorizada para la práctica de abortos, según el sumario que se sigue contra la misma, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) desobedecieron a un juez que desestimó el caso y ocultaron información a otros dos para llevar adelante su cruzada contra la clínica. Lo sucedido motivó una investigación del Ministerio del Interior.

El 16 de febrero de 2007, los agentes se personaron en la clínica Isadora para una inspección falsamente rutinaria. Horas después acudieron al juez de guardia de los juzgados de Madrid para solicitar cobertura para una investigación por supuestos abortos ilegales. Los indicios que presentaron eran tan endebles -supuestas irregularidades en el tratamiento de los residuos de la clínica- que el juez ordenó archivar el caso y les obligó a "abstenerse de elucubrar sobre abortos ilegales". Los agentes desoyeron la orden y días después recabaron la ayuda de un técnico de la Comunidad de Madrid para analizar los residuos en un tanatorio de Alcobendas. Para ello acudieron a un juez de Alcobendas que les remitió de nuevo a los juzgados de Madrid. Allí otro juez, ajeno a todo lo anterior, les facultó para abrir diligencias.

Páginas 40 y 41