"Si quieren culpables, les doy mi dirección"

Tras ser eliminado de la Copa, el entrenador del Barça, Frank Rijkaard, escogió la autocomplacencia. Según él, todo fue culpa de un "detalle", el detalle de haber encajado tres goles, lo que dejó a su equipo fuera de la final. El holandés tampoco quiso señalar responsables del fracaso. "Buscar culpables no es mi estilo, nunca lo haré. Yo soy el entrenador, si alguien quiere buscar culpables le doy mi dirección", sentenció.

Él técnico destacó la actitud, la voluntad y las ganas de sus jugadores en el campo. "El equipo ha luchado muchísimo y ha tenido el mejor juego", dijo. Rijkaard aseguró que el Barcelona empezó bien el partido. "Pero encajamos un gol que prácticamente dimos nosotros", añadió en referencia al tanto de Baraja. "El 3-1 nos ha matado. Estábamos bien organizados hasta ese momento. El equipo ha merecido más".

"Por fin he recibido un buen regalo por mi cumpleaños", gritó un eufórico Koeman

"Como entrenador, no sé, pero como persona merece la final", dijo el holandés de Laudrup

Aunque reconoció que "no se pueden encajar tantos goles", el técnico azulgrana lo tuvo claro: "En algo hemos fallado, pero no podemos perder la confianza", dijo pensando en los dos torneos a los que aún aspira el equipo.

El capitán del Barcelona, Carles Puyol, mantuvo el mismo discurso que su técnico, en cuanto a que hay que mirar al frente,aunque admitió tras el encuentro que la eliminación es "un palo durísimo". Su compañero Sylvinho reconoció también que el vestuario está hundido: "La eliminación no se nos pasaba por la cabeza", dijo el brasileño; "estaba claro que había riesgo al jugar en Mestalla, pero pensábamos que podíamos llegar a la final".

En el Valencia, la reacción fue casi eufórica. Por fin una alegría, tras meses de desencuentros con la afición, a la que le bastó el partido de ayer para cambiar el cántico de "¡Koeman vete ya!" por el de "¡Koeman quédate!". "Por fin me han hecho un buen regalo por mi cumpleaños", dijo el técnico holandés, que ayer cumplía 45 años. El discutido entrenador del Valencia comparó su estado de ánimo tras ganar la semifinal de la Copa del Rey al Barcelona con el ambiente que llegaba desde las calles de Valencia. Todas las tracas que sobraron de las Fallas se encendieron ayer en los alrededores del estadio de Mestalla.

El técnico alabó el trabajo de sus jugadores que "han sufrido mucho últimamente". "Hemos hecho dos partidos perfectos", añadió Koeman. Por eso y por haber eliminado de la Copa a dos equipos como el Atlético de Madrid y el Barcelona, Koeman cree que el Valencia merece estar en la final del próximo 16 de abril. Aunque, admitió, "siempre hay momentos de descontrol". Se refería a los últimos diez minutos del encuentro, cuando su equipo encajó el segundo gol del Barcelona.

Tras dedicar la victoria al ex presidente del Valencia, Juan Soler, que abandonó el club la semana pasada, el entrenador valencianista, que ha apartado del equipo a Albelda, Cañizares y Ángulo, tres jugadores emblemáticos del Valencia, retomó su discurso habitual: "Cualquier equipo necesita tranquilidad para poder trabajar y mejorar. Ojalá esta eliminatoria nos dé esa posibilidad".

En la final Koeman se encontrará con otro de sus ex compañeros de su época de futbolista, Michael Laudrup, de quien dijo "ha hecho algo grande en el Getafe". "No sé cómo trabaja como entrenador, pero como persona se merece estar en la final".

No será el único valencianista que se encontrará un amigo en la final. Mata, uno de los protagonistas de la semifinal con sus dos goles, se reunirá con Granero, centrocampista del Getafe. Ayer vivía un sueño: "Acabo de llegar al fútbol de élite y es una gran recompensa", aseguró antes de desvelar: "He recibido tantos mensajes en el móvil que casi se me estropea". El otro goleador, Rubén Baraja, destacó que había que ir "con mucha humildad" en el partido ante el Getafe. "El año pasado ya jugaron la final [la perdieron 1-0 ante el Sevilla] y no se puede ir con la vitola de favoritos", advirtió.