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Los expertos ven trasvase de votos del PSOE al PP en las generales

Se rompe el mito de que la alta participación beneficia a la izquierda

Había una leyenda que circulaba entre los politólogos, los sociólogos, los estadísticos y los estrategas de campaña. Un mito convertido en categoría. Una verdad indubitable: "La alta participación beneficia al PSOE". Un "lugar común" que ha resultado falso. El PP aventajó en Madrid en las pasadas elecciones generales del 9 de marzo al PSOE en 9,9 puntos porcentuales (49,34% frente a 39,45%). La participación fue la mayor de toda la historia de los comicios democráticos (80,84%), con la única excepción de las generales de 1982 (85,96%).

Sólo la movilización de 1984 superó la del pasado 9 de marzo, del 80,84%
"La única marca que se ha vendido es Zapatero", afirma Leguina
"El PP donde sube más es en los espacios del PSOE", sentencia Wert "
Cala el discurso conservador de los medios", agrega Romero de Tejada
Los populares aventajaron a los socialistas en 9,9 puntos porcentuales
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"¡Estoy sorprendido!", confiesan casi al unísono los seis expertos consultados. Todos tienen el pie cambiado. Y el diagnóstico encasquillado. No es la única "ley electoral" que se tambalea al comparar las tablas de resultados en la región. Casi todo lo que sube el PP, en la mayoría de los municipios lo baja también el PSOE.

"Lo que sugiere la capacidad de los populares de robar espacio a los socialistas, sobre todo entre las clases medias y medias-bajas", concluye José Ignacio Wert, sociólogo y presidente de Inspire Consultores: "El PP sube en términos relativos más intensamente cuanto más natural es el entorno para el éxito del PSOE".

Curioso: los niveles de trasvase de una formación a otra encajan como un guante. Lo que unos pierden, en el PSOE, los otros, en el PP, lo ganan. Décima arriba, punto abajo. Un flujo de votos que se aprecia de forma nítida porque el hundimiento de IU en Madrid no ha sido tan pronunciado como en otras comunidades.

Un trasvase claro, pero no tan sencillo de ejecutar. A Óscar no le ha sido fácil votar al PP. "¿Cómo has podido?", le gritó incrédula su madre. La pregunta rebotó por la escalera y acabó en el patio de un bloque de viviendas de San José de Valderas, un barrio del municipio de Alcorcón (167.000 habitantes). Fue la última alusión al tema. A la "traición". Todavía, una semana después, en su familia casi no le hablan.

Llegó a tener la papeleta del PSOE en el bolsillo, como siempre. "Mi padre es de los que te la mete en el sobre", ironiza. Pero se rebeló: "¡No quería votar a Zapatero y sólo le iba a votar para no tener que escuchar las broncas de mi familia!". Desde su mujer al más lejano de sus primos son todos votantes del PSOE, "haga lo que haga y pase lo que pase".

Óscar -quien desde niño ha escuchado miles de veces el mensaje "El PSOE es quien está con nosotros, los trabajadores"- se ajusta bien a uno de los perfiles de quienes han decidido dar la espalda a los socialistas en la región: personas de entre 30 y 45 años con estudios medios, según los primeros esbozos de un profundo informe universitario.

Óscar tiene 34 años. Y es representante de productos de hostelería. Vive en Alcorcón, localidad donde por primera vez en unas generales ha vencido la opción conservadora. Uno de los municipios que integraba el denominado cinturón rojo del sur, y que ahora resulta que se ha pasado al azul.

"Parece que a este Gobierno le importan más los derechos de los inmigrantes que los de los españoles", argumentan él y algunos de sus amigos, también de voto oscilante, para justificar qué les ha llevado a cambiar en esta última ocasión la papeleta.

Tampoco los debates estatutarios o el diálogo con ETA le tenían muy satisfecho. Ni la subida de sus dos hipotecas -"primer punto de mi decisión", precisa-. "Zapatero es sólo palabrería y cada día me parece más arrogante", concluye Óscar.

Los niveles de renta en localidades como la de Óscar han crecido más de un 30%. Alcorcón, por ejemplo, tenía una renta per cápita de 10.521,37 euros en 2000. En 2005 era ya de 13.710,41. Algunos estudiosos consideran que la configuración social de estas poblaciones ya no se corresponde con los tópicos, y no sólo en cuanto al poder adquisitivo.

Además, la hipoteca media en todo Madrid, incluidos el sur y el este, es muchísimo más elevada que en cualquier otro lugar del país. "El tema económico es importante", recitan desde un grupo de estudios sociológicos de la Universidad Complutense de Madrid.

El politólogo Ricardo Romero de Tejada, de la Universidad Carlos III, también está perplejo. Pero señala causas muy diferentes. Por ejemplo, y entre otras primeras hipótesis, destaca un posible frente con Cataluña como causa de la propagación de la fe "popular" en la región. Pero si para Óscar "está claro que se favorece a otras regiones", Sergio asegura que no se le pasó en absoluto el mapa catalán por la cabeza el pasado domingo por la mañana, cuando viró su opción política de 2004, el PSOE, por la papeleta encabezada por Mariano Rajoy Brey.

Sergio, abogado de 35 años, vive en Leganés, donde el PSOE ha vuelto a ser el más votado... pero por muy poco. En su opinión, el PSOE ha perdido su posición centrada. "Son los verdaderos crispadores", dice. Tradicional votante de los socialistas por estimar muy escorado a la derecha al PP, en esta ocasión le parece que quien se ha "vuelto radical" es la formación de José Luis Rodríguez Zapatero, que es "un tipo sectario que sólo gobierna para un núcleo de ciudadanos".

El ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, el último socialista en ocupar el cargo, parece que coincide con los sentimientos de Sergio: "En Madrid la única marca que han vendido ha sido Zapatero, y a Zapatero no le quieren en Madrid".

En opinión del experto en estadística y veterano político, los cargos orgánicos del Partido Socialista de Madrid (PSM) "son cada vez peores. Muy decepcionantes".

Precisamente esos líderes locales que no le gustan mucho a Leguina han puesto en marcha esta semana una comisión de estudios para valorar el descalabro electoral del pasado domingo. Pero no quieren "precipitarse en el análisis" de lo ocurrido. Sus declaraciones pasan de la autocomplacencia, porque han mejorado sus resultados electorales desde las pasadas autonómicas y municipales, a un ligero barniz crítico bastante impreciso: "Habrá que ver", musitan algunos miembros de la ejecutiva regional socialista.

Marcos, de Torrejón de Ardoz, también ha dado un giro en su voluntad electoral. Una actitud secundada por muchos de sus conciudadanos: por primera vez Torrejón ha apoyado más a los populares que a los socialistas.

Pero a Marcos nada le quita el sueño. Y menos las elecciones. "La verdad es que mientras veíamos los resultados electorales estábamos bajándonos por el móvil la canción del Chikichiki", recuerda muy risueño. "La gente pasaba de la tele y se acercaban a oír la chorrada esa de Eurovisión, ¡para que vea lo que nos preocupaba!".

Romero de Tejada también apunta a los medios de comunicación. Pero él tiene otra lectura de lo que sucede: "Los medios en Madrid son mayoritariamente conservadores y puede que haya calado su discurso".

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