Montilla dice que los obispos pueden causar "animadversión" hacia la Iglesia
La ley de centros de culto enfrenta a la Generalitat con los obispos catalanes, quienes pretenden que el texto dé un trato preferencial a la Iglesia católica. Pero si algo quiere evitar a toda costa el presidente, José Montilla, es que su relación con la Iglesia adquiera la misma dinámica que la existente en Madrid entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Por esta razón, el Ejecutivo de José Montilla no pierde ocasión para alabar la actitud de la Iglesia catalana en el caso de la polémica nota electoral de los obispos españoles. No importa que los prelados catalanes aceptaran a pies juntillas las recomendaciones de voto de la CEE. Los tímidos matices que han introducido después obispos como el de Urgell, Joan Enric Vives, y sobre todo el desmarque del abad de Montserrat, Josep Maria Soler, sirvieron ayer a Montilla para sostener que la Iglesia catalana "es diferente".
Balanzas fiscales
Montilla destacó ayer en el Parlament estas diferencias y alertó a la cúpula eclesial de que actitudes como las mantenidas en los últimos días por parte del episcopado español puede crear "animadversión" hacia la Iglesia. Lo dijo en una respuesta al diputado de Iniciativa-Esquerra Unida Jordi Miralles.
También en la sesión de control al Gobierno, Montilla reclamó la publicación de las balanzas fiscales en la línea de lo que pide el PSC en su programa electoral. Montilla lanzó esta petición al Gobierno central apelando al "principio de transparencia que rige las relaciones fiscales y financieras entre las administraciones públicas".