Escasa capacidad de reacción
Los mercados de valores no consiguen deshacerse de la incertidumbre que pesa respecto de sus posibilidades de sortear la crisis sin demasiados quebrantos.
El Ibex 35 cerró con un recorte del 0,87% que, incluso, dejó cierta sensación de triunfo, ya que, además de mantenerse a la baja durante toda la sesión, llegó a perder el 2,50% y el nivel de los 13.000 puntos que, finalmente, logró mantener.
Los inversores continúan sin saber a qué atenerse en el corto plazo, conscientes de que los primeros efectos de las medidas adoptadas en Estados Unidos para tratar de evitar la recesión no comenzarán a verse hasta dentro de un par de meses, en el mejor de los casos.
Por el momento, una de las pocas cosas que parecen claras dentro de una situación en la que domina la confusión, es que el nivel de los 13.000 puntos empieza a consolidarse como una referencia a tener en cuenta.
Sin embargo, muchos inversores conceden poca importancia al análisis técnico en estos momentos por la total dependencia del mercado español de una situación global en la que la capacidad de decisión es prácticamente nula. La Bolsa española se ve arrastrada por unos movimientos cuyas causas son difíciles de situar en el mapa y, por tanto, de evaluar a tiempo.
Ayer se conoció el dato de diciembre de la masa monetaria, dinero en manos del público y algunos activos a corto plazo, en la eurozona para el mes de diciembre, en que creció a un ritmo del 11,5% frente al 12,3% de noviembre, lo que resta algunas presiones a los precios, aunque en términos trimestrales, aún se mantiene la tendencia alcista.
En Estados Unidos se publicó el índice de venta de viviendas nuevas, también de diciembre, con un descenso del 4,7% que, para el conjunto del año, es del 26,4%.
El ambiente continúa marcado todavía por los malos datos, lo que hizo que el total negociado en el Mercado Continuo descendiera hasta los 5.634,81 millones de euros.
