El último feudo de los hombres
Las ingenierías y las carreras técnicas son las únicas con mayoría masculina
En el futuro nueve de cada 10 maestros valencianos serán mujeres. Y si sigue la tendencia de la última matrícula, lo serán nueve de cada 10 logopedas, ocho de cada 10 traductores, siete de cada 10 médicos, seis de cada 10 juristas y más de la mitad de los licenciados en Administración y Dirección de Empresas. Los últimos datos de las universidades públicas refuerzan un fenómeno consolidado: el nuevo alumnado femenino representa un 57% del total y es mayoritario en el 61% de las carreras. Dominan todas las áreas de conocimiento. Salvo una: las grandes ingenierías y las carreras técnicas continúan siendo un coto de varones. En algunos casos, el de Informática por ejemplo, las nuevas estudiantes no alcanzan el 18% del total.
Los mejores expedientes de las mujeres juegan a favor del equilibrio
Las competencias profesionales asociadas a las ingenierías, sobra decirlo, no son precisamente menores. La diferencia en esta parcela académica sigue siendo amplia y, sin embargo, algunos signos empiezan a indicar que incluso aquí las barreras masculinas empiezan a ceder. El número de alumnas en la Politécnica de Valencia ha crecido un 10% en siete años, hasta rozar el 40%.
El equilibrio va llegando no tanto a consecuencia de un cambio en las preferencias, medibles a través de las primeras opciones de carreras que marcan las alumnas después del selectivo, como del hecho de que tienen mejores expedientes. Obsérvese si no el caso de Arquitectura: este curso, el número de mujeres matriculadas supera al de varones en la Politécnica (206 frente a 153), siete puntos y medio por encima del empate técnico que se produce en la categoría de los aspirantes.
O el de Ingeniero en Telecomunicaciones: mientras las mujeres ocupan solo un 18% de la nueva matrícula en la misma universidad, el porcentaje de tituladas se elevó el año pasado hasta el 36,4%, debido a que presentan menos tasa de abandono que sus compañeros.
"Mi experiencia es que las mujeres tienen un nivel de responsabilidad superior y que son mucho más metódicas que los hombres", señala Elías de los Reyes, director de la Escuela de Telecomunicaciones de la Politécnica. "Creo que la diferencia se debe a razones históricas y que poco a poco se igualará al nivel del resto de carreras de la universidad".
Y Esther Escolano, que realizó un amplio estudio de género en la universidad como directora de la Oficina de Control Interno de la Universitat de València, añade: "Al principio de la década de los sesenta las mujeres empezaron a tomar importancia en la universidad en humanidades. Y la evolución superior coincide un poco por décadas: luego entraron en ciencias sociales y jurídicas y más tarde en ciencias de la salud. En las técnicas van entrando muy poco a poco, pero este fenómeno suele tender hacia los extremos. Por una parte, parece que nada cambie y por otra, los cambios, cuando se producen, suelen ser muy veloces".
Escolano alude a "pautas educacionales y a los roles que siguen funcionando" para explicar el fenómeno. Y la profesora del departamento de Educación de la Jaume I Consol Aguilar, integrada en la Fundación Isonomía, coincide con ella: "Yo creo que es una cuestión puramente educativa. Las expectativas con las que se educa a las niñas, con relación a lo que se espera de ellas, nunca pasa por los mismos sitios que por los niños. En los estudios que estamos haciendo resulta que es cierto que no se incentiva igual: cuando un chico dice que quiere ser ingeniero, se le dice: 'qué bien, qué bonito'. Y cuando lo dice una chica se le dice: '¿Y no estudiarás algo más cortito, más fácil?"