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Entrevista:CHRISTIAN CHAMS | Médico estético

"Creo que llegaré a hacer milagros"

PERFIL. Con 57 años y dos hijos, sus cócteles de vitaminas antiedad, que aplica con finísimas agujas, son apreciados por toda la 'jet' mundial. En España, conoce bien La Moncloa y muy bien la Zarzuela, y tumba en su camilla a políticos, banqueros y reinas del cuché. Se alimenta de chocolate y kiwis, entre avión y avión. Vive en París.

Pregunta. ¿Lo suyo es el elixir de la eterna juventud?

Respuesta. Es un poco verdad, sí, porque con la experiencia que tengo sé que la gente quiere productos cada vez más eficaces. Podemos hacer muchas cosas para rejuvenecer.

P. Lleva 26 años en esto. ¿Qué hay detrás de sus pinchazos?

R. El secreto es la experiencia que puedo tener para mezclar los productos. Igual que un pintor o un cocinero con los ingredientes.

P. ¿Le ha pasado que entre alguien aquí con 50 años y salga jugando al aro?

R. No [ríe]. Pero igual un día me pasa. Por qué no.

P. Siempre prueba en usted lo que inyecta. ¿Cree que está hecho un chaval?

R. No tengo el aspecto, pero sí la mentalidad de un chaval.

P. Pues ya que se trata la cara, le convendría pincharse el pelo, a ver si se quita las canas.

R. También lo hago. De una familia de seis hermanos, soy el único que mantiene el pelo después de los 40.

P. Los demás no se han puesto en sus manos porque no se fían.

R. Nooo. Es que viven en Estados Unidos.

P. "Cuando uno rejuvenece a una reina, las demás terminan viniendo". ¿Tiene la sala de espera llena de coronas?

R. [Carcajada] Soy muy discreto y no quiero decir nombres. Pero funciona el boca a boca.

P. Cuando los reyes vienen en pareja, ¿les hace un descuento?

R. No, para nada. Pagan como los demás.

P. Sofía Loren invita a todos sus cumpleaños al doctor Pitanguy. ¿A usted nuestra Reina le invita a algo?

R. No. No quiero hablar de esto.

P. Es responsable de la cara de Camilla Parker. ¿No teme que Charles le mande a sus matones?

R. No, porque también trato al príncipe Charles.

P. Reconozca que con Berlusconi se ha estrellado.

R. Es que es un coqueto. Y se había hecho muchas cosas antes de que yo llegara: cirugía, implantes... Tiene un montón de silicona en la cara.

P. ¿Cree que Zapatero saldrá rejuvenecido en el próximo cartel electoral?

R. Pues yo le diría: ¿Por qué no? [Ríe]. De hecho, incluso ahora parece muy joven.

P. ¿Y a este paso le veremos vestido de marinero?

R. Seguro que sí.

P. ¿Cuál ha sido su restauración más complicada?

R. La mujer de un presidente árabe, que se había hecho mucha cirugía.

P. Porque milagros todavía no hace, ¿no?

R. No, no, no. Aunque creo que llegaré a hacerlos.

P. Pues la verdad es que a quien me ha dejado arrollador es a George Clooney.

R. Sí, pero incluso antes de hacerle cosas era una maravilla.

P. ¿Y qué quería mejorarse, la criatura?

R. Las personas que viven de su imagen tienen miedo a envejecer. Y eso es fatal.

P. ¿A Esperanza Aguirre le han sentado bien los últimos años?

R. Por supuesto, sin ninguna duda. Tiene la piel y el óvalo facial mucho más estructurado.

P. ¿A clientes como Ana Botella les hace un precio, por los trienios?

R. No. Pero con el tiempo la gente necesita venir cada vez menos. Lo que pasa es que hay quien viene continuamente, porque si puedes rejuvenecer tu cara o tu piel 5 o 10 años...

P. Usted, que es iraní, ¿no podría pinchar un poco en el cerebro a Ahmadineyad?

R. Ah, no sabe lo que me gustaría. Está completamente loco.

P. Se dedica a quitar arrugas. ¿Sabe planchar?

R. Sí. Y lo hago muy bien. Y limpiar el polvo. Y el bricolaje. Pero no tengo tiempo para ello.

P. ¿En España trata más a la izquierda o a la derecha?

R. A la izquierda, como en Francia. La derecha es un poco más conservadora.

P. ¿Cuánto valen sus manos?

R. Diez millones de euros. El seguro no me dejó que la cifra fuera mucho mayor.

P. Tanto rejuvenecer al personal, ¿por un precio algo más alto concede la inmortalidad?

R. Sueño alguna vez con ello. Estoy trabajando sobre el tema.

P. Puestos a rebobinar, yo a los 13 era una monada. ¿Lo intentamos?

R. Quizá no la deje con 13, pero no se quedará muy lejos.

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