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El PSE considera también insuficiente el segundo borrador de Educación para la Paz

Exige que se centre en la deslegitimación del terrorismo y que las víctimas participen

Los avatares del plan de Educación para la Paz parecen no tener fin. El segundo borrador para el período 2008-2009, que el Gobierno entregó en la Cámara en junio, no cubre tampoco las exigencias del mandato parlamentario que está en su origen, segun la valoración que ayer realizó el Grupo Socialista. El director de Derechos Humanos, Jon Landa, dijo hace un mes que espera que se apruebe antes de fin de año, pero para ello necesita recabar antes apoyos suficientes, que el Gobierno por sí solo no tiene. El PSE señaló que esperará a ver si se recogen sus exigencias.

El plan de Educación para la Paz seguirá de momento en la Cámara vasca en busca de consenso, segun se desprende de las críticas y de las exigencias expresadas ayer por el Grupo Socialista. El Gobierno necesita de su apoyo para aprobarlo y tendrá que introducir algunas modificaciones sustanciales en su texto, si quiere que salga consensuado y con el aval de al menos uno de los grupos significativos de la oposición.

El portavoz socialista, Rodolfo Ares, explicitó ayer las reservas que su grupo mantiene también sobre este segundo borrador, que sigue considerando "insuficiente". El texto fue remitido en junio por la Dirección de Derechos Humanos, que encabeza Jon Landa dentro del departamento de Justicia de Joseba Azkarraga (EA).

Ares reconoció algunas mejoras, incluso importantes. Entre ellas destacó la desaparición del término "conflicto" para referirse al terrorismo y la corrección en términos generales, dijo, de la "equidistancia que contenía el primer borrador".

Sin embargo, resaltó que persisten elementos que no permiten a su grupo apoyarlo. El primero es que no se coloca la deslegitimación del terrorismo como "piedra angular", tal y como los socialistas creen que debe ser. Tampoco se incluye a las víctimas del terrorismo en el organigrama diseñado, y el PSE quiere que estén. Ares señaló que falta concreción en las medidas y control sobre la gestión del Gobierno.

El PSE detalló sus exigencias. Quiere incluso que Derechos Humanos cambie el nombre del plan, titulado ahora Plan de Educación en Derechos Humanos y por la Paz, para que pase a llamarse "Plan de Educación en la Paz en los Valores Democráticos". Quiere también que quede claro que está enmarcado en los acuerdos sobre víctimas del terrorismo de 2003 y 2005, y que obedece a un mandato parlamentario.

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Deslegitimar el terrorismo

El Grupo Socialista exige que la prioridad básica, "esencial y prioritaria" del plan quede definida en la "deslegitimación ética, política y moral del terrorismo", y que eso se haga según los principios defendidos por la Dirección de Víctimas del Terrorismo. Se tiene que hacer mención, "de manera nítida y separada", a ello.

El PSE quiere igualmente una alusión expresa a la Constitución y al Estatuto de Gernika y a los valores constitucionales "frente a la ideología totalitaria del terrorismo". Tampoco acepta la alusión genérica a la violencia y pretende que se diga textualmente que la sociedad vasca "vive lastrada por el terrorismo de ETA".

También plantea sustituir el término "reconciliación" por una referencia explícita a la obligación de "asegurar la memoria, dignidad y justicia para con las víctimas" y pide que se incluya una "seria crítica" al papel de las instituciones vascas, correlativa a la petición de perdón realizada en el acto de homenaje de abril en Bilbao.

El plan es un mandato parlamentario desde junio de 2003. Su elaboración provocó roces incluso en el interior del Gobierno, entre la Dirección de Derechos Humanos y el Departamento de Educación, ambos en manos de EA, y la Dirección de Víctimas del Terrorismo, que dirige Maixabel Lasa. A diferencia del criterio del Gobierno, que parte de la educación genérica en derechos humanos y, finalmente, en un anexo, hace referencia a las víctimas del terrorismo, el Grupo Socialista quiere que se haga el camino inverso, partiendo de la crudeza y la cercanía del terrorismo y sus consecuencias para los afectados y para las libertades en Euskadi.

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