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Reportaje:

50 metros para empezar

Los parques facilitan espacios de diferentes dimensiones con servicios comunes

Castellón ha sido la última en incorporarse a la red española de ciudades con parques. Lo hace a la sombra de la Universidad Jaume I, con el impulso de empresarios locales y el ex rector y ex consejero valenciano Justo Nieto.

Arrancó en octubre pasado con 250.000 euros para gastos corrientes y un préstamo de 2,6 millones para poner en pie el edificio que albergará las oficinas. Ocupa unas oficinas prestadas por la universidad.

Su director, Francisco Negre, ejerció la docencia en ingeniería química durante diez años. Ha permanecido otros 12 alejados del ámbito académico dedicado a la inversión privada en empresas surgidas de iniciativas universitarias, las denominadas spin off. Pese a su corta trayectoria al frente del parque, cuenta ya con cinco empresas. Experimenta es una consultora que trabaja en economía experimental y la predicción de comportamientos sociólogicos y económicos; Medicor realiza test acelerados sobre corrosión de pinturas. Soxop desarrolla sensores de humedad para determinar necesidades de riego, con una patente en trámite. Ntdasofc participa en un proyecto europeo sobre pilas de hidrógeno y Uvicrom fabrica tintas orgánicas por ultravioleta para la decoración de revestimientos y baldosas.

"Tenemos muy claro que la investigación en casa se estanca. Nuestra idea es seguir vinculados al parque porque por allí pasa gente fresca"
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Un toque de pedigrí

Negre tiene claro que los mecanismos operativos son los que se basan en la demanda. "No me puedo dedicar a investigar en lo que quiero y luego intentar venderlo. Tenemos que trabajar en resolver los problemas de las empresas". Ha puesto en marcha un programa de becas para universitarios que conviven medio año en empresas punteras del Reino Unido. Pero lo que más despierta su interés son las fórmulas que se han desarrollado en el mundo anglosajón para financiar a emprendedores, como el capital semilla o el business angels.

Ese tipo de financiación es la que busca el ingeniero de Telecomunicaciones Juan Ignacio Alonso, a punto de instalarse en el parque científico de la Universidad Autónoma de Madrid en Tres Cantos. Allí le alquilan 50 metros cuadrados por mil euros al mes, lo que le permite disfrutar de todas las instalaciones y servicios comunes. Necesita 320.000 euros para pagar al equipo científico que desarrolle un sistema de control inalámbrico basado en una red masiva de sensores instalables en una vivienda o una industria. El sistema se controla por banda ancha tipo ADSL o telefonía móvil y permite aplicar modelos avanzados de seguridad, la monitorización remota de pacientes o la gestión lejana de parámetros medioambientales en industrias. La producción del prototipo la está desarrollando en La Carolina, Jaén.

Los parques cuentan para estos casos con diferentes vías de financiación. El propio Ministerio de Industria puso en marcha el año pasado el programa piloto CEIPAR para apoyar a 52 empresas con menos de tres años en los parques de Málaga, Vallés, Bizkaia, Boecillo y Galicia. Este año han aprobado 5 millones de euros en subvenciones a 22 proyectos de las 208 empresas seleccionadas por su potencial crecimiento.

Alfonso Hidalgo, cofundador de Infinitec, ubicada en el Parque Científico de Barcelona, conoce muchos de los atajos que conducen a las subvenciones. Nanocápsulas

La compañía elabora compuestos que blanquean la piel, anticelulíticos y nanocápsulas para tensar el cutis. Después de trabajar en multinacionales de cosmética decidió crear su propia empresa. Acudió al director del parque, Fernando Albericio, antiguo profesor suyo en la facultad de Químicas. Gracias a sus consejos consiguió más de 1,1 millón de euros entre subvenciones y fondos de capital riesgo. Infinitec tiene su producción en Montornès del Vallès, pero el desarrollo científico lo lleva a cabo en el laboratorio del parque científico, donde trabajan dos personas con dos asesores externos. Ha firmado varios convenios con los parques de Málaga, Granada y Madrid. ¿Por qué lo hace?: "Tenemos muy claro que la investigación en casa se estanca. Nuestra idea es seguir vinculados ad eternum con el parque porque por allí pasa mucha gente fresca que acude a los congresos, está al día y la queremos aprovechar".

El contacto con los líderes del conocimiento, el pedigrí de estar en un parque, sus sinergias, es lo que mueve a pequeñas y grandes compañías a mantener sus sedes en estos recintos. Desde los grandes laboratorios farmacéuticos catalanes a industrias como Isofotón en Málaga. La compañía factura 177 millones y tiene a 759 de sus 880 empleados en el parque por "sus inmejorables infraestructuras y servicios y sus posibilidades de ampliación".

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