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Entrevista:Per Barclay

"Soy un transformador de materias"

Lo sagrado y lo pagano se confunden en la nueva instalación que el artista noruego Per Barclay presenta a partir de esta semana en la galería Oliva Arauna, de Madrid. Es vino que parece sangre, una transustanciación que es un homenaje a Dionisos y a los ritos cristianos, pero también a Ribera y la pintura barroca. La muestra se titula Ayúdame Ribera. El vino, no obstante, es de Rioja.

"Es un desafío trabajar con fluidos como el agua, que es tan básica, tan pura. Lo encuentro fascinante"
"Me gusta usar los fluidos de modo que sean algo más. Que vayan más allá del significado literal"

Rojo. Un color que es mucho más que un color. Per Barclay (Oslo, 1955) ha creado una especie de sistema circulatorio con una gruesa y larga manguera llena de un líquido sanguíneo, que se enrolla y recorre todo el espacio expositivo. Es la primera vez que Barclay lo realiza en una galería. Originalmente la montó en la iglesia de San Francisco, en la Toscana italiana. En esa arquitectura sacra la sangre y el vino fundieron sus significados. El espacio madrileño de la galería Oliva Arauna invita al espectador a entrar en el interior de una suerte de organismo, con las pulsaciones del líquido en movimiento y potentes efectos lumínicos.

PREGUNTA. Ayúdame Ribera tiene un tinte algo expresionista. Las fotografías recuerdan a performances sangrientas como las de Hermann Nitsch. Es algo inusual en su trabajo, más minimal.

RESPUESTA. Ésta es una instalación más física, más orgánica. No suelo usar mucho color en mis trabajos y hace tiempo que deseaba hacer algo con el rojo. He trabajado bastante con fluidos. Mi primera instalación fue con unos tubos en los que había sólo agua. En esta ocasión, el líquido es rojo y eso remite inmediatamente a la sangre.

P. Parece sangre, pero es vino. Agua, vino, sangre. ¿Hay ciertas referencias cristianas?

R. Desde luego. Como artista estoy acostumbrado a usar materiales muy diversos. Me interesa la transformación. Soy un transformador de materias. Lo que me interesa del vino es su relación con la sangre. El vino es una referencia cultural muy fuerte en la cultura europea. El cristianismo y los griegos también le dieron mucho significado. Por eso quise hacer una instalación muy orgánica. Me interesa la referencia que se establece con la sangre y me hubiera gustado utilizarla en esta obra, pero con ello también habría perdido parte de su magia. Me gusta usar los fluidos de modo que sean algo más. Que la imagen vaya más allá del significado literal. Que sea metáfora.

P. También alude a la pintura de José de Ribera.

R. Las fotografías que forman parte de esta obra toman mucho de la pintura barroca. En particular de Ribera. Los rojos en sus pinturas son maravillosos y están muy bien dispuestos. Yo tuve que encontrar el tono de rojo adecuado para esa sangre-vino y no resultó sencillo.

P. ¿Qué tipo de vino utiliza?

R. Cuando hice por primera vez esta instalación en Italia utilicé el vino de la región, el famoso Brunello de Montalcino. En España consulté con un especialista en vinos porque quería uno que tuviera una densidad y un color muy intensos. Elegí un rioja.

P. Los fluidos son una constante en su trabajo. ¿Por qué?

R. Representan el movimiento, la vida. Es algo inasible, que se escapa entre los dedos. Es un desafío trabajar con fluidos como el agua, que es tan básica, tan pura. Lo encuentro fascinante. En esta instalación, con el color rojo, la sensación es más orgánica. Tiene más presencia.

P. Usted vivió varios años en Italia y estuvo relacionado con el movimiento del arte povera.

R. En Noruega ya había muchos artistas que trabajan con materiales muy diversos, pero lo que hacían estaba más relacionado con la artesanía que con el arte. Usaban troncos, piedras y otros soportes extraídos de la naturaleza, sin embargo, a lo que hacían les faltaba una idea o un concepto detrás. Los italianos, en ese sentido, fueron mucho más determinantes. Para mí, más que una referencia, el povera me aportó una forma de hacer, con mayor libertad e intención.

P. Más ampliamente, la naturaleza es un elemento presente en su trabajo. Sólo que, en general, prefiere meterla en espacios, como en las casas de cristal con lluvia interior. ¿Qué es el paisaje para usted?

R. En los países nórdicos, el paisaje tiene una presencia muy fuerte. Está siempre ahí, imponente, y la gente se siente condicionada por él. La tradición artística de esos países lo refleja. La naturaleza es ineludible y forma parte de nuestra educación.

P. Muchas de sus piezas están creadas específicamente para ciertos espacios. ¿No termina siendo eso una limitación?

R. Hay espacios inadecuados, pero cuando eso sucede hay que tomárselo como un reto. Lo que cuenta es que la pieza forme una unidad con el espacio. Si es posible. Si tengo la oportunidad de trabajar en lugares que me inspiren, en lugar de una limitación se convierte en parte importante de la obra.

P. Son obras con una poética que una narrativa.

R. Al menos ésa es mi intención. No hay historias, sino sensaciones. Puede que haya una ficción, pero está más ligada a una experiencia ante la instalación.

P. Las fotografías de esta instalación reflejan cierto tipo de violencia. Aunque quizá se trate sólo de una tensión dramática.

R. La tensión es necesaria. Y además es un punto de partida para el arte. Durante todo el proceso de concepción y elaboración de cada obra estoy en tensión constantemente. La vida es estar en tensión constante. Y el arte. No me interesa la violencia. A veces resulta difícil distanciarse de algo en lo que estás tan involucrado. Yo no veía la violencia en estas fotos, pero algunas personas me lo hicieron notar. A mí me sorprendió que les impactara. No era mi intención.

P. Las instalaciones tienen cada vez mayor presencia en las colecciones de los museos. Pero son pocos los que tienen una colección al margen del mercado. ¿Cree que deberían tener políticas más claras con respecto a los nuevos medios ?

R. Por supuesto. Un museo de arte contemporáneo debe mostrar lo que sucede en el momento. Entiendo que las instalaciones son más complicadas que los cuadros. Necesitan cierto mantenimiento, lugares idóneos para exponerlas, a veces se requiere la presencia del artista... pero hay muchas instalaciones cuyo destino natural es el museo. En cuanto al mercado, ya se hace necesario que los museos hagan sus adquisiciones con criterios propios. En este momento vemos a los mismos artistas en todas las grandes exposiciones, en las bienales y en todos los lados.

Una de las fotografías de la exposición 'Ayúdame Ribera', de Per Barclay.
Una de las fotografías de la exposición 'Ayúdame Ribera', de Per Barclay.ULY MARTÍN

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