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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Desayunos lusos entre azulejos

POUSADA DOS LÓIOS, descanso en un antiguo convento en la localidad portuguesa de Évora

Las pousadas portuguesas, como los paradores españoles, se gustan a sí mismas en su evocación decorativa de la historia que les tocó vivir. La de Évora, bajo el envoltorio monumental del convento Dos Lóios, no es una excepción. Al abrigo del templo romano de Diana, las ruinas del castillo que defendía la ciudad animaron al descendiente de la dinastía real de los Bragança, Dom Rodrigo de Melo, y al duque de Cadaval, Dom Álvaro de Portugal, a edificar en 1485 la casa madre de los Lóios Evangelistas, una congregación religiosa conocida por sus hábitos de color azul celeste y por su hospitalidad. João II, João IV y João V, entre otros monarcas portugueses, obtuvieron entre sus muros la paz que necesitaban para gobernar.

POUSADA DOS LÓIOS

Categoría: cinco estrellas. Largo Conde de Vila Flor. Évora (Portugal). Teléfono: 00351 266 73 00 70. Fax: 00351 266 70 72 48. Central de reservas: 902 33 63 63 (oficina de ventas en España de Pousadas de Portugal). Web: www.pousadas.pt. Instalaciones: aparcamiento exterior, jardín con piscina, sala de reuniones para 30 personas, salón, cafetería, comedor. Habitaciones: 26 dobles y 2 'suites'; todas con calefacción, aire acondicionado, TV satélite, acceso a Internet, minibar, secador, albornoz. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, no admite perros, alquiler de bicicletas, transporte al aeropuerto. Precios: desde 150 euros (IVA y desayuno incluidos); oferta 3 noches en media pensión, 303 euros por persona. Tarjetas: American Express, Diners Club, Mastercard, Visa.

Arquitectura ... 9

Decoración ... 6

Estado de conservación ... 8

Confortabilidad habitaciones ... 7

Aseos ... 6

Ambiente ... 9

Desayuno ... 7

Atención ... 7

Tranquilidad ... 8

Instalaciones ... 7

Hoy, el convento hospicia el desiderátum turístico de una clientela en su mayoría transoceánica atraída por la monumentalidad del pórtico toscano que preside la entrada, el atrio escaqueado que enmarca la recepción, el claustro manuelino y las bóvedas de crucería que acuartelan las mesas del comedor. O los salones góticos flamígeros que invitan a mirar. En una capilla lateral al patio de naranjos se instala a diario la sala de desayunos, sin estridencias en el menú.

Galería renacentista

Hacia la planta que ocupaban las antiguas celdas de los monjes asciende una robusta escalinata con baranda de mármol y un tapiz de Arraiolos a su frente. Parte de las habitaciones se ordenan por la galería renacentista del claustro. Otra, por un ala más doméstica del convento. Todas diferentes, ambientadas bajo el signo de la saudade y los guiños al imperio, aunque ciertamente venidas a menos en espacio y comodidades.

Aquí, el sobreprecio se justifica por la historia del lugar y su emplazamiento céntrico en la ciudad, sólo por eso. Encima del claustro, la 105 apenas da cabida a dos camas separadas con sendas águilas labradas en los cabeceros. La 120 repite el esquema con una talla de volutas esencialmente portuguesa. Únicamente se libra de tanta estrechez la suite 101, rabiosamente rococó, con un empaque digno de la marca Pousadas de Portugal. Muebles clásicos, cuadros de santos y grabados alegóricos de las ciencias morales y matemáticas supuestamente estudiadas por los monjes evangelistas.

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Razones mundanas aparte, la pousada atesora dos joyas para esparcirse en el sentido más religioso del término. Zen total. Una es una capillita rococó requebrada en el mismo piso dormitorio que exhibe sahumadores y arañas de cristal de roca. La otra es el jardín trasero con piscina y el patio de muros alberos que lo resguarda. Ahí, semiescondido entre unos farolillos de filigrana, está el bar de verano bajo una terraza porticada con espectaculares vistas sobre los tejados de Évora.

La Pousada dos Lóios, en el Alto Alentejo, ocupa las estancias de un antiguo convento.
La Pousada dos Lóios, en el Alto Alentejo, ocupa las estancias de un antiguo convento.FERNANDO GALLARDO

ALREDEDORES

ÉVORA, CAPITAL del Alto Alentejo, fue declarada en 1986 ciudad patrimonio de la humanidad. Anexa a la pousada se encuentra la iglesia del convento, con una portada gótica flamígera y azulejos del siglo XVIII en la nave principal. Integrado en el perímetro del antiguo castillo se halla también el palacio de los Duques de Cadaval. Si bien la arquitectura más señera de la ciudad es el templo romano consagrado a Diana, construido en el siglo II, enmarcado por 14 columnas con capiteles tallados en mármol de Estremoz.A media distancia entre Évora y Montemor-o-Novo se pueden visitar la ermita de São Brissos, erigida sobre un dolmen, y el conjunto megalítico de Almendres, 95 menhires con grabados astrales. En Monsaraz se conserva un castro lusitano ocupado por romanos, visigodos y árabes. Información de las ciudades del patrimonio mundial: www.ovpm.org.

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