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Reportaje:

A seis horas de la Alhambra

Los visitantes tienen que hacer largas colas desde la madrugada

Hay quien acude a Granada y se queda sin ver la Alhambra después de haber hecho varios miles de kilómetros. Es el caso de Jedediah Rowe, un estadounidense que visitaba ayer Granada junto a su madre, o de Lucía Dorado, una joven argentina que decidió seguir con su visita por el país buscando un refugio contra el calor en las playas de Cádiz. "No creí que existieran estos problemas en un lugar como la Alhambra, mundialmente conocido. Es una pena, me voy con la sensación de que no estuve en Granada", declaraba la joven, que asegura que no habría visitado la ciudad de haber sabido que era tan complicado acceder al monumento nazarí.

No son pocos los turistas que se quedan sin ver el principal monumento del país en estos meses de verano. Por motivos de conservación, la Alhambra tiene un cupo de 8.000 visitantes diarios que no satisface ni la mitad de la demanda. La desinformación de muchos de los turistas, que acuden al monumento sin ningún tipo de previsión, hace el resto.

Durante agosto, desde las cuatro de la madrugada comienzan a agolparse en las taquillas del recinto quienes han decidido no quedarse fuera de ninguna manera. Conforme pasan las horas las colas se hacen insufribles. Cerca de tres horas de espera de media, aunque hay quien ha necesitado de seis horas para conseguir una entrada. Aunque la afluencia de visitantes es muy grande, resulta evidente que la taquilla necesita refuerzos. Las interminables colas, aunque avanzan, alcanzan tal longitud que parece imposible que puedan completarse en una mañana. "Esto es una vergüenza. Nos hacen perder toda una mañana aquí. A nadie le gusta perder una mañana de un viaje en una cola", se queja Manuel Pereira, quien se planteó no acudir a la ciudad al comprobar las dificultades. "Entré en el servicio de venta por Internet, pero era imposible conseguir una hasta septiembre. Luego supe a través de algunos foros que la Alhambra deja un cupo para la taquilla, y decidí intentarlo", explica.

De las 8.000 entradas que se ofrecen diariamente, 6.000 se venden por Internet y el resto en taquilla desde las ocho de la mañana. Estas limitaciones de público son absolutamente necesarias para lograr la conservación del monumento. Pese a esta circunstancia, en los últimos meses la situación ha mejorado mucho. La inclusión de la Alhambra dentro de Servicaixa, el servicio de venta de entradas de La Caixa, ha provocado una mayor transparencia en la venta de los boletos y un fácil acceso desde cualquier parte del mundo.

En opinión de la directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca, el objetivo es que el sistema de venta por Internet se convierta en "el más usado, ya que se ofrece un mejor servicio a quien acude al recinto porque tiene que guardar menos colas y comienza el recorrido menos cansado", precisa. El primer día de funcionamiento del servicio a través de la web de la Caixa las agencias realizaron más de 67.000 reservas. Aunque lo tengan difícil, los particulares pueden probar por Internet en www.alhambra-tickets.es o a través del teléfono 902888001, hasta con tres meses de antelación.

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