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Berlín | NOTICIAS
Columna
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La transición a los ojos del corresponsal

UNO DE LOS tópicos periodísticos más frecuentes recoge la anécdota del veterano jefe de redacción que intenta bajar los humos a un joven colega ansioso de notoriedad y le espeta: "Lo que haces no es tan importante. Mañana usarán el periódico para envolver el pescado". Walter Haubrich (Rheinland, 1935) fue durante más de treinta años corresponsal en España del prestigioso diario conservador alemán Frankfurter Allgemeine y ha alcanzado el rango casi de institución en el gremio de los periodistas que informaron sobre España en aquellos años críticos del final de la dictadura franquista y la transición a la democracia.

Gracias al esfuerzo de un meritorio editor berlinés interesado por los temas de España, Haubrich ha conseguido que sus crónicas desde 1993 a 1982 hayan pasado de lo efímero a lo permanente en forma de cinco tomos con más de 1.500 páginas, publicados entre 1995 y 2007. El último, que acaba de aparecer en Alemania, concluye la obra con el triunfo electoral del PSOE en las elecciones de 1982. Resulta significativo que la última crónica que recoge el libro titulada Polarización en España podría ser un titular de rabiosa actualidad casi 25 años después. El arranque de la publicación en su primer tomo, con un prólogo de Jorge Semprún, se remonta a 1973 con una crónica sobre el proceso 1.001 contra los dirigentes de Comisiones Obreras y sigue con los días posteriores al asesinato del presidente del Gobierno franquista Luis Carrero Blanco.

A través de la lectura de las crónicas de Haubrich, que no han sido corregidas y se publican tal como aparecieron en su día, se puede revivir la historia cotidiana de aquellos años decisivos de España. La obra tiene el valor de la visión del corresponsal en caliente, en el momento de producirse los hechos, sin que una elaboración posterior modifique la perspectiva. Por eso incluso los errores de apreciación y los pronósticos no cumplidos adquieren un interés especial por la frescura que transmiten.

Haubrich, que tras casi cuarenta años forma parte del paisaje periodístico madrileño, se le puede comparar con otro corresponsal legendario ya fallecido, José Antonio Novais, que trabajaba para Le Monde. Ambos eran en el Madrid del final del franquismo una dirección obligada para la oposición cuando quería que las informaciones que reprimía la censura franquista se conociesen al menos en el extranjero. El príncipe Felipe al entregar hace unos años a Haubrich el Premio Cuco Cerecedo que concede la Asociación de Periodistas Europeos llegó a compararlo con los grandes corresponsales que trabajaron en España, Ernest Hemingway, George Orwell o Ilja Ehrenburg.

Las crónicas de Haubrich, además de por su excelente dominio del alemán y su profundo conocimiento de España, se distinguen por una visión que no procede de la distancia o la lejanía. Haubrich, que llegó a España a finales de los sesenta como lector de alemán en la Universidad de Santiago de Compostela y en Valladolid, siente como algo propio los problemas de España y los objetos sobre los que informa. En ocasiones se ocultan a duras penas sus filias y fobias. Su visión progresista llama la atención a muchos en un periódico conservador. Esto sirve de testimonio del grado de libertad de expresión y tolerancia del Frankfurter Allgemeine, y de una envidiable libertad interna de prensa.

Durante la presentación hace unos meses del cuarto tomo de la obra en el Instituto Cervantes de Berlín le preguntaron a Haubrich si no resulta contraproducente una corresponsalía de muchos años por el peligro de identificación con el país. Dijo que el amor debe primar por encima de la distancia. Así lo ha confirmado él mismo. Tras su jubilación, Haubrich se quedó a vivir en la España que retrató durante casi cuarenta años.

Spaniens schwieriger Weg in die Freiheit (El difícil camino de España hacia la libertad). Walter Haubrich. Tranvia. Berlín, 2007. 5 tomos.

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