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Reportaje:Fútbol | 38ª y última jornada de Liga

La excepción se hizo regla

El club guipuzcoano paga con la caída al pozosu pérdida de identidad tras una errática política de fichajes

En 1989, la Real Sociedad cerró un ciclo o, más bien, acabó con una filosofía basada en la cantera tras dos éxitos gloriosos, los dos títulos de Liga de principios de los años 80. Ayer, probablemente, cerró otro, el de la vorágine de contrataciones que ha acabado casi por sepultar las señas de identidad de un equipo singular. A partir de hoy, comienza otro, del que no se sabe bien hacia dónde se dirige, al menos hasta que se celebre el 30 de junio la junta extraordinaria de accionistas, que quizá promueva un cambio del consejo.

A la Real le cabía el orgullo de ser el equipo más veterano de Primera División (tras los tres que nunca han bajado a Segunda: Athletic, Barcelona y Real Madrid). Un orgullo perdido ayer por un cúmulo de circunstancias que le venían acercando al precipicio hasta que el vértigo le ha hecho caer.

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Cuando la Real decidió cambiar su filosofía deportiva, el entonces presidente, Iñaki Alkiza, dijo que la apertura de fronteras serviría únicamente para reforzar o cubrir aquellas lagunas que la cantera dejase. Es decir, serían excepciones y no la regla del club. Los hechos también han sepultado aquellas intenciones. Los 48 fichajes de futbolistas extranjeros no parece que vinieran a tapar tantos huecos dejados por la cantera guipuzcoana, sino a fundamentar una política deportiva que ha dejado un puñado de buenos futbolistas, un puñado de buenas operaciones económicas y un montón de mediocridad trufada de brindis al sol, no exentos en algunos casos de exotismo.

Los más optimistas piensan que ese cambio de rumbo ha garantizado buena parte de las 40 temporadas que la Real llevaba en Primera; que, de lo contrario, la rapiña de los grandes clubes o del vecino le habrían condenado antes de tiempo. La ley Bosman, ha engordado esta opinión. Pero, en ese tiempo, la Real ha vivido al borde del abismo hasta caer ayer con apenas un par de temporadas de alegría en el bolsillo.

A cambio, el vecino ha sobrevivido de igual manera sin alterar su filosofía. Las comparaciones son odiosas, pero lo cierto es que en Guipúzcoa algunos miran con nostalgia el planteamiento del Athletic y en Vizcaya algunos se plantean virar hacia la filosofía de la Real.

La política de fichajes de la Real ha sido tan errática que ha ido de Kovacevic a Lee Chun Soo, de Océano a Hakan Mild o de Karpin a Yaw Acheampong. La apuesta no ha mejorado a la vieja Real. Pero no es la única explicación de su fracaso actual. La inevitable conversión en sociedad anónima deportiva ha añadido una nueva zozobra a una entidad muy debilitada económicamente y muy frágil socialmente. En plena agonía deportiva, Anoeta sólo se ha llenado esta temporada cuando el consejo de administración ha decidido regalar tres entradas por socio en los últimos partidos. De lo contrario, hay serias dudas de que la Real hubiera sentido el calor de la afición.

La inestabilidad ha sido general. Los dos últimos presidentes (José Luis Astiazaran y Miguel Fuentes) han vivido fuertes convulsiones internas y externas. Astiazaran salió del club vilipendiado y con la entidad en quiebra técnica. Fuentes ha dimitido por las acusaciones internas de controlar familiarmente las acciones del club.

Deportivamente, el equipo ha ido quemando entrenadores con unos enormes bandazos: desde la discreción absoluta de tipos como Denoueix (acercó a la Real al título en 2003) o Amorrortu hasta el estilo volcánico de técnicos como Clemente o Toshack (el gran gurú de la Real) hasta llegar a Miguel Ángel Lotina. Lo habitual en los últimos tiempos era que quemase tres entrenadores por temporada. La excepción otra vez convertida en regla.

Ahora, la Real, 40 años después del histórico ascenso de Puertollano, se enfrenta a un nuevo episodio de su historia. Lo que nadie duda es de que no puede seguir igual. Ni en Segunda División.

Lee Chun Soo, durante su presentación con la Real.
Lee Chun Soo, durante su presentación con la Real.REUTERS

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