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Reportaje:

Los tres jinetes del capitalismo

La Fura dels Baus trae a A Coruña su último montaje, una cruzada contra la violencia

Dios, guerra, y también democracia. Son los "tres jinetes del capitalismo" y una de las representaciones de la violencia dominante de la sociedad actual que la Fura dels Baus se ha propuesto denunciar con su último espectáculo Imperium. En el foso del Coliseo de A Coruña, con un aforo limitado a mil personas, el público está llamado esta noche y mañana a ser parte activa de este montaje con el que la celebre compañía catalana vuelve a sus orígenes, al del espectáculo de protesta y transgresión en un espacio limitado, concebido como un hangar.

Todo tipo de dominio, sea sibilino como la domesticación física y mental del individuo a la que somete, por ejemplo, el televisor o el consumismo, o por el contrario, el sometimiento duro y crudo del canibalismo de la guerra, es fustigado en esta producción, estrenada en China el pasado 1 de mayo. Es la novena de esta compañía de culto nacida en 1979 y está representada sólo por mujeres, ocho actrices que con sus cuerpos y un potente montaje de tecnología visual y lumínica ofrecen una dramaturgia rítmica, sin apenas diálogo, que narra la violencia bajo todas sus formas.

El espectáculo critica todo tipo de dominio, desde el consumismo hasta la guerra

Muestra, según su director, Jürgen Müller, que "con el principio de ojo por ojo, o se muere o se queda uno ciego". Nadie sale indemne. Estructurado en cinco escenas, Imperium relata el miedo, ofrece a modo de antídoto el refugio de los discursos y arengas, denuncia la domesticación del individuo y representa una etapa de conversión antes del momento final, "nunca feliz", que acaba en muerte y vacío. Todo el espectáculo está acompañado de imágenes y vídeos proyectados en todas las superficies, incluido el público, para transmitir el mensaje de que todo es pantalla, ilusión construida.

Los espectadores participan activamente en este espectáculo de continuo movimiento, del que forman parte esencial aunque con la libertad de elegir siempre, subrayaron ayer las actrices, lo que quiere ver cuando se producen distintas escenas simultáneamente y en qué medida se quieren implicar. Eso sí, que nadie acuda "vestido de traje o con tacones de aguja", advirtieron las protagonistas de una producción que pretende "violentar sensaciones, estimular y provocar la mente, pero sin agresión directa".

Y en todo caso, siempre hay diversión, "aunque sea sólo porque llega un punto en el que la tragedia de la violencia es tal que divierte", comentó la actriz Lola López Luna. La Fura dels Baus eligió sólo a mujeres para representar esta obra, no con ánimo de hacer un alegato contra el machismo, sino más bien para mostrar que "la violencia es universal, también puede ser femenina", explicó Laura Ojer.

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En China, donde la censura sólo les impidió mostrar al desnudo sus pechos, las actrices recuerdan "la increíble reacción" del público, "con cara de pánico, nervioso". Nada que ver con la diversión de los espectadores de Saint Brieuc (Francia), Soria y León donde fue representado antes de A Coruña.

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